Crónica

El sueño de una botica rural

photo_camera Regina Pardo tiene 53 años, 30 los ha dedicado a la farmacia y ha abierto este lunes en Loñoá una nueva farmacia.
Regina Pardo tiene 53 años, 30 los ha dedicado a la farmacia. Esta pontevedresa estrenó ayer su despacho en propiedad, una farmacia rural en la parroquia de Loñoá (Pereiro de Aguiar), que dará servicio a más de 1.000 vecinos. Ella ya es una más.

Regina Pardo Lopo (Pontevedra, 1968) acaba de cumplir su sueño después de tres décadas de profesión. Tener una farmacia rural. Esta pontevedresa abrió ayer en Loñoá (Pereiro de Aguiar) su botica, una de las cinco adjudicadas por la Xunta en la convocatoria del pasado mes de enero de 2020. Es una de las afortunadas de los cerca de 600 aspirantes que optaban a 41 despachos repartidos por toda Galicia. Además, Regina llega al concello para residir en él. “El rural me gusta y siempre me gustó. Así que viviré aquí. Cuando vine a ver la farmacia me gustó la cercanía con la ciudad, los servicios...Así que aposté por ello”, cuenta.

La dificultad de que el gobierno autonómico conceda una farmacia es, dice, “un privilegio”. “Era el sueño de mi vida tener una farmacia y ya me han acogido a las mil maravillas. Está resultando mejor de lo que esperaba”, dice sobre los vecinos y clientes.

La farmacéutica afrontó el primer día con el ajetreo de aquellos que se acercan a conocer a la que ya es su boticaria, más allá de recoger medicamentos. En unas modernas instalaciones que darán servicio a una parroquia de 1.000 habitantes e incluso de concellos limítrofes como Nogueira de Ramuín y Esgos, Regina Pardo se considera más que asentada y feliz. 

La farmacia rural es diferente. “No tiene nada que ver con la de una gran ciudad. Trabajé casi 30 años como farmacéutica, primero en Vigo y luego en Ponte Caldelas. Estuve encantada en las dos, pero una farmacia rural te da más cercanía. La gente es más agradecida”. El concepto también es distinto: “Los medicamentos son los mismos, pero la parafarmacia es diferente. No puedes competir con grandes superficies, por ejemplo”. 

Lo mejor de esta nueva etapa: “La cercanía con la gente”. La primera anécdota: “Es pronto, pero diré que a pesar de mis 30 años de profesión, aún me encuentro perdida”. Los vecinos, encantados.

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