La situación de los talleres textiles ourensanos es cada vez más complicada, ya que a la fuerte reducción de trabajo que vienen sufriendo en los últimos años se une la crisis económica, circunstancias que están motivando continuos cierres y reducción de las plantillas de los que continúan en actividad.
En este sentido, Vitaliano Falivena, el presidente de la asociación que agrupa a las empresas del sector (Atacio) critica que el sector está completamente desatendido por parte de las Administraciones. Así, explica que la única medida de apoyo a este sector es la prioridad en una línea de ayudas para que trabajadores del sector que se queden en paro se puedan constituir como autónomos. 'Pero es absurdo, porque si una empresa cierra por falta de trabajo, ¿quién se va a arriesgar a montar una nueva empresa o retomar la que quiebra?', se pregunta Falivena, demandando que se adopten medidas para evitar que sigan cerrando los talleres. Cuestiona, asimismo, que el clúster del sector textil también está orientado a medianas y grandes empresas, pero no atiende a las necesidades de los pequeños talleres.
Los empresarios del sector sostienen que están intentando buscar distintas salidas, pero sólo consiguen pedidos pequeños y a precios muy ajustados, fundamentalmente de empresas medianas de A Coruña o Pontevedra. Y es que las grandes compañías continúan recurriendo a talleres de Portugal y Marruecos, fundamentalmente.
Por ello, desde la asociación reclaman el mantenimiento de una parte de la producción en talleres gallegos y, para ello, reclaman que la Administración lo ponga como una condición a la hora de otorgar subvenciones. También piden que los organismos públicos encarguen sus contratos textiles a empresas locales.
El sector, que generó una gran cantidad de empleo en los años de crecimiento de las compañías textiles ourensanas, se ha quedado reducido ahora a 20 talleres y unos 150 trabajadores.
Los empresarios del sector sostienen que están intentando buscar distintas salidas, pero sólo consiguen pedidos pequeños y a precios muy ajustados, fundamentalmente de empresas medianas de A Coruña o Pontevedra. Y es que las grandes compañías continúan recurriendo a talleres de Portugal y Marruecos, fundamentalmente.
Por ello, desde la asociación reclaman el mantenimiento de una parte de la producción en talleres gallegos y, para ello, reclaman que la Administración lo ponga como una condición a la hora de otorgar subvenciones. También piden que los organismos públicos encarguen sus contratos textiles a empresas locales.
El sector, que generó una gran cantidad de empleo en los años de crecimiento de las compañías textiles ourensanas, se ha quedado reducido ahora a 20 talleres y unos 150 trabajadores.
