La actividad no cesa en el edificio okupado de la calle Hernán Cortés. Si el sábado los vecinos de esa calle del Casco Vello se llevaban un buen susto cuando lo veían arder, ayer unos operarios trabajaron por la tarde para tapiar con un muro de ladrillo los accesos al edificio calcinado. En ese inmueble, según vecinos de la zona, residían cinco personas, dos de las cuales se encontraban dentro del edificio en el momento del incendio.
Esta actuación parece hacer caso a las quejas de los vecinos de la zona, que reconocen tener “miedo” por la presencia de okupas cerca de sus casas, especialmente por la seguridad de los más pequeños y de las personas mayores. Por su parte, los residentes en el edificio aseguran que ellos no provocan ninguna molestia a los demás vecinos y apuntan a que el origen del fuego fue un vecino con el que han tenido alguna riña, y al que acusan de amenazarles en repetidas ocasiones con quemar el edificio o agredirles.
