“Telefónica ralentiza la llegada de la banda ancha al rural de Ourense por no salirle rentable”

En una época donde el mundo rural tiene una oportunidad única de recuperar población gracias al teletrabajo, a menos de cinco kilómetros de Ourense, la tercera ciudad con más población de Galicia, los vecinos del barrio de A Barxa, situado en el Concello de Barbadás, se quejan de que no tienen un servicio de internet decente en sus casas, un requisito fundamental para poder trabajar a distancia. La teniente alcalde del Concello, Victoria Morenza, explica que “llevamos años insistiendo a Telefónica para poner la banda ancha, pero no lo hacía porque no le resultaba rentable porque no vive mucha gente y lo que quieren es chegar e encher”. Tras salir el caso en los medios de comunicación, Morenza explica que Telefónica rectificó y finalmente presentó una solicitud de permiso de obra. Asimismo, Morenza asegura que “al enviarle las peticiones desde Concello a Patrimonio para dar los permisos, la entidad contestó a Telefónica que no puede llevar el cableado aéreo, sino que lo tiene que soterrar”. Actualmente, Barbadás continúa esperando que Telefónica varíe el plan de obra. También a menos de diez kilómetros de la ciudad se encuentra Vilariño, situado en la parroquia de Castro de Beiro, y que en pleno 2023 carece tanto de cobertura de telefonía como de banda ancha. En la aldea, hay vecinos que no pueden recibir las llamadas del médico o tienen la opción de teletrabajar, pero debido a estas carencias no lo pueden hacer y se tienen que desplazar todos los días a Ourense. Enrique San Martín, jefe provincial de Telecomunicaciones, asegura que la provincia “tiene una geografía complicada” y además “es un servicio de interés general que está liberalizado, los operadores llevan fibra donde ellos consideran que es rentable. Por ejemplo, para llevar a Barbadás fibra a tres vecinos igual haces una inversión de 50.000 euros para que paguen 40 al mes”. Por ello, “el Estado ha inyectado una cantidad muy grande de dinero a los operadores para intentar llevar la fibra a todos los puntos de España”. Asimismo, cuenta que “hay una serie de servicios que son universales, en los que se incluye una ubicación de teléfono fijo y una trasmisión de datos a una velocidad de diez megabits por segundo. Esto lo tienen que dar los operadores, pero rige el principio de neutralidad tecnológica por lo que no podemos meternos en como dan este servicio”. En esta línea, San Martín explica que los operadores “tienen que presentar anualmente unos planes de las zonas donde van a llegar y ahora mismo son Telefónica y Savatel los únicos que ofrecen fibra en Galicia”. Asimismo, Hispasat puso en funcionamiento el Plan Único Demanda Rural que, por 35 euros al mes, permite contratar una conexión a internet de alta velocidad por satélite en cualquier punto del territorio nacional que no tenga cobertura por fibra o cable. La quinta generación de tecnología de comunicaciones inalámbricas, más conocida como 5G, se puso en marcha en España en 2019 para mejorar la velocidad de conexión y transmisión de datos. Actualmente, en la provincia hay 35 municipios, en los que viven 47.000 ourensanos, que todavía no cuentan con esta tecnología. Asimismo, Ourense es una de las diez provincias españolas que tienen un menor porcentaje de población conectada a la banda ancha de 100 Mbps, con apenas el 70% de los habitantes. De hecho, hay trece municipios con menos del 25% de sus habitantes con acceso a banda ancha de internet. Los alcaldes de la provincia, en busca de una solución El alcalde de A Veiga, Juan Anta, explica que han conseguido que pongan una antena en el municipio después de “estar luchando para conseguirla más de un año y medio”. Para ello, logró que la localidad, como zona oscura, obtuviese una subvención de los fondos europeos destinada a la compañía telefónica que obligaba a esta a colocar tres torretas, de las cuales aún faltan por colocar dos. En esta misma línea, Antonio Iglesias, alcalde de Lobeira, asegura que en la localidad “se hizo una torre para dar cobertura a unas zonas oscuras, pero aún estamos esperando que la pongan a funcionar porque es una necesidad”. El alcalde de Calvos de Randín, Aquilino Valencia, cuenta que en el municipio tiene varios núcleos en los que la cobertura es escasa o nula. Asimismo, asegura que “hablar con compañías telefónicas cuando no interesa es tiempo perdido”. También Óscar Diéguez, alcalde de Montederramo explica que en algunas parroquias en las que la cobertura de internet no es buena, por lo que reclama “tener un servicio adaptado a los nuevos tiempos” Todos ellos coinciden en que la falta de una cobertura de internet decente en sus municipios los ha perjudicado en cuanto a ganar población, ya que varias personas que querían vivir en estas localidades no lo pudieron hacer al no tener la capacidad de teletrabajar debido a la conexión.