Las temperaturas máximas cayeron más de 14 grados en la ciudad en tan solo una semana. El cielo cambió drásticamente su aspecto desde el sábado pasado, cuando el sol dominaba el firmamento y el mercurio rozaba los 30 grados. Ayer, el termómetro se quedó por debajo de los 16. Ourense no fue la única localidad en la que se enfrió el ambiente. La estación meteorológica de A Portela, en Vilamartín de Valdeorras, anotaba 27 grados hace siete días. Este sábado, apenas superó los 11. En Verín, se registraban 26 grados de máxima, mientras que ahora se han desplomado a los 12.
Las borrascas regresaron a Ourense con el jersey puesto y la exigencia de sacar el paraguas a la calle. Las precipitaciones ya se manifestaron desde el jueves, siendo especialmente intensas anteayer, puesto que llegó a granizar en varios puntos de la provincia. El día de ayer también fue de lluvias, con un goteo constante de precipitaciones a lo largo de la jornada.
No todo el agua bajó del cielo en estado líquido. La nieve volvió a pintar de blanco las zonas de mayor altitud de la provincia. El radar de Meteogalicia, la agencia meteorológica autonómica, constató caídas de copos en las montañas orientales, las sierras de O Laboreiro y Xurés y el Macizo Central. Aunque no cuajó en todos los puntos, la Estación de Montaña Manzaneda ofrecía una estampa cada vez más inusual en esta época del año, con algunos puntos en los que se acumuló la nieve tímidamente.
El viento no faltó a la fiesta del mal tiempo. Aunque los anemómetros ourensanos registraron valores normales en general, los montes de Trevinca llegaron a registrar rachas de hasta 133 kilómetros por hora. Al cierre de esta edición, era el mayor registro de toda la comunidad autónoma. Para hablar de los valores extremos de la jornada también hay que recuperar la máxima gallega, los 17 grados anotados en Leiro, y la mínima, los 3 grados bajo cero que helaron Cabeza de Manzaneda.
No habrá tregua, según la previsión de Meteogalicia. La inestabilidad atmosférica continuará hoy. Mañana habrá una tregua, pero breve. Por la noche, un frente inaugurará una semana marcada por lluvias constantes, a juzgar por la elevada probabilidad de precipitación que arrojan sus cálculos.
