Lucha contra el coronavirus

Coronavirus en Ourense | Usuarios de residencias: "Tenemos ganas de abrazos”

Los usuarios de las residencias de mayores por fin volvieron a disfrutar de las muestras de afecto de sus familiares con el contacto físico. Este es el caso de Charo, quien pudo achuchar otra vez a Rosario, su madre y residente de la Divino Maestro.

Los usuarios de las residencias de mayores se alejan cada vez más de la pesadilla que vivieron hace un año. Las muestras de afecto al fin regresaron en forma de besos y abrazos, que fueron muy bien recibidos. “Poder demostrarles el cariño así nos ayuda a llevar mucho mejor todo lo que está pasando. Los esperamos con ganas por ellos”, cuenta Charo Blanco, hija de Rosario Ríos, residente en el centro Divino Maestro de la Fundación San Rosendo.

Para personas con deterioro cognitivo, como en el caso de su madre, ese contacto físico cariñoso es muy necesario. “Lo que más entienden son los abrazos y los besos, es más fácil para ellos que comprender unas palabras”, afirma Blanco. Estos gestos, tan simple y que tanto llenan, son en sí un lenguaje universal en señal de amor, en este caso maternofilial que ha sido vetado por más de un año: “Ni la cara nos pueden ver, por lo que el contacto físico es muy importante para estas personas”. 

Rosario Ríos dice sentirse “contenta” por poder disfrutar de los achuchones de su hija, mientras aguarda por los de su nieto. “Es muy duro verla y no poder tocarla, sabiendo que no debes acercarte  cuando es la única forma en la que entienden el cariño”, destaca Blanco. Atrás quedan esos momentos y se muestra “positiva” por el avance que supone esta nueva medida para las residencias de mayores. “Tenemos que ser responsables para no volver atrás porque estas personas, aunque algunos no entendiesen lo que sucedía, lo pasaron mal”, asegura.

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 Desde ayer, los residentes pueden tener contacto físico con sus visitas, pero también pueden disfrutar de estancias con sus familiares de hasta cinco días y de más salidas diarias a lo largo de la semana. Esta normativa supone un paso adelante más en la apertura de los centros de mayores, que se cerraron a cal y canto al inicio de la pandemia. Con la mayoría de usuarios inmunizados, la vida cambió prácticamente para ellos y gozan de más libertad.  “Es muy positivo que puedan recibir besos y abrazos, tanto para los residentes como para sus familiares”, destaca Mónica Pereiro, directora de la Divino Maestro. 

En este centro, las salidas de varios días no serán posibles por el tipo de usuarios que atienden. “Son personas más asistidas, por lo que a las familias se les dificulta. De todos los que tenemos, poco pueden hacerlo porque están físicamente mejor”, reconoce Pereiro. Pese a ello, el avance  en el resto de las normativas es “positivo” para los usuarios , aunque no se olvidan de la cautela. “Las familias tienen que seguir siendo responsables, continuar con todas las medidas de prevención, porque el virus no se ha ido todavía”, recuerda Pereiro. La directora del centro confía en que la respuesta de los familiares seguirá siendo la correcta, como hasta ahora.

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