Los actores titiriteros eran los grandes artífices del espectáculo, pero para los niños pasaron a un segundo plano seducidos por unas marionetas elaboradas con globos que se colocaron en la escena. Fue la novedosa forma de hacer teatro que aportó ayer a la Moti la compañía gallega O retrete de Dorian Gray con su obra Rúa aire, una apuesta por lo sencillo y un lenguaje visual limpio. La otra cita con la interpretación la puso el grupo La rous y su montaje La casa del abuelo.
La primera pieza del mundo, al menos del europeo, elaborada con marionetas hechas con globos ofreció ayer en la Moti una nueva forma de hacer teatro. Dos titiriteros, los componentes de la compañía gallega El retrete de Dorian Gray, demostraron que la apuesta por lo sencillo y un lenguaje visual muy limpio pueden ser dos herramientas especialmente seductoras y atractivas dentro del mundo de la interpretación, inicialmente infantil, pero que tampoco pasa desapercibida a ojos de los mayores.
Una mesa de manipulación inundada de efectos luminosos y sonoros son la base de su espectáculo, Rúa aire, en el que los actores-titiriteros se convirtieron en guías de un singular viaje teatral por las entrañas de una máquina de procesado de globos, un ejercicio casi de ciencia ficción con el que demostrar que no resulta fácil ser un globo.
Todo nació como un experimento. Marcos PTT y Ezra Moreno, responsables de la compañía, trabajaban juntos haciendo muñecos en televisión y cuando decidieron montar el grupo quisieron experimentar con este género. Empezaron a jugar con globos y después de un pequeño montaje de cinco minutos que tuvo una gran acogida nació Rúa aire. El resultado lo comprobaron ayer los espectadores de la Moti.
Pero la jornada dio para más. La compañía La rous ofreció en el Auditorio su montaje La casa del abuelo, teatro de actriz y objetos protagonizado, sobre el escenario, por la actriz y titiritera Rosa Díaz.
DESPEDIDA
Tres espectáculos como broche final
Desde que el pasado viernes, día 25, la compañía Trécola Teatro anunció la llegada de la Mostra de Teatro Infantil hasta hoy la cartelera de actos ha dejado 15 citas con la interpretación. Hoy la Moti llega a su fin y lo hace, como no podía ser de otra forma, con más teatro.
En el Teatro Principal, los niños mayores de cinco años pueden disfrutar con un espectáculo de danza y teatro gracias a la compañía gallego-cubana Entremáns. También los franceses de Le Lutin théâtre dimages ofrecen una obra recomendada para mayores de cinco años, pero en este caso se trata de un teatro de objeto. Y los títeres vuelven a hacer acto de presencia con Trompicallo y su obra Nadarín, para público infantil.
Una mesa de manipulación inundada de efectos luminosos y sonoros son la base de su espectáculo, Rúa aire, en el que los actores-titiriteros se convirtieron en guías de un singular viaje teatral por las entrañas de una máquina de procesado de globos, un ejercicio casi de ciencia ficción con el que demostrar que no resulta fácil ser un globo.
Todo nació como un experimento. Marcos PTT y Ezra Moreno, responsables de la compañía, trabajaban juntos haciendo muñecos en televisión y cuando decidieron montar el grupo quisieron experimentar con este género. Empezaron a jugar con globos y después de un pequeño montaje de cinco minutos que tuvo una gran acogida nació Rúa aire. El resultado lo comprobaron ayer los espectadores de la Moti.
Pero la jornada dio para más. La compañía La rous ofreció en el Auditorio su montaje La casa del abuelo, teatro de actriz y objetos protagonizado, sobre el escenario, por la actriz y titiritera Rosa Díaz.
DESPEDIDA
Tres espectáculos como broche final
Desde que el pasado viernes, día 25, la compañía Trécola Teatro anunció la llegada de la Mostra de Teatro Infantil hasta hoy la cartelera de actos ha dejado 15 citas con la interpretación. Hoy la Moti llega a su fin y lo hace, como no podía ser de otra forma, con más teatro.
En el Teatro Principal, los niños mayores de cinco años pueden disfrutar con un espectáculo de danza y teatro gracias a la compañía gallego-cubana Entremáns. También los franceses de Le Lutin théâtre dimages ofrecen una obra recomendada para mayores de cinco años, pero en este caso se trata de un teatro de objeto. Y los títeres vuelven a hacer acto de presencia con Trompicallo y su obra Nadarín, para público infantil.
