Los médicos destacan la genética y los condicionantes ambientales como las claves de la supervivencia

Un total de 26.000 ourensanos, el 7,7 del padrón, rebasa la media de esperanza de vida

La esperanza de vida es muy generosa con los ourensanos, por lo que no es casual encontrar a personas, aunque finitas, centenarias. Según consta en el último padrón, 26.000 personas superan la esperanza media de vida fijada para los países desarrollados. La clave, según los médicos, son unos buenos genes, cuidarlos bien y, por supuesto, enfermar poco.
El reloj biológico de los ourensanos funciona con maquinaria suiza, de ahí que el certificado de garantía los sitúe como los gallegos a la cabeza en esperanza de vida: 26.000 personas (un 7,7% de la población empadronada) rebasa la media fijada para los países desarrollados, 83 años para las mujeres y 77 en varones. Aunque los lucenses estén pisándoles los talones (7,6%); en A Coruña figuran el 4,7% y Pontevedra el 4%.

Los avances científico-técnicos, la prevención o los cambios en las condiciones higiénicas han contribuido a alargar el horizonte de la supervivencia en el último medio siglo, una realidad irrefutable, según los médicos, en provincias de interior como Ourense. Porque aunque no haya constancia de ningún supercentenario (féminas de 110 o más y hombres a partir de 108), 14.279 habitantes (4,2% del total) tienen 85 o más abriles, cuando hace nueve años ese porcentaje era del 3,1% (11.-).

El cómo se vive es sin duda la clave. ’La longevidad está relacionada, sobre todo, con el estilo de vida, el ejercicio y aquello que comemos’, asegura el médico de Primaria José Luis López. La dieta atlántica gallega, con abundantes verduras, y el ejercicio -’nuestros mayores son personas que han trabajado mucho en el campo’, dice- reducen la mortalidad. Si embargo, este facultativo no comparte el manido tópico de que la gente del rural vive más por la ausencia de estrés. ’Los estudios científicos no avalan que influya en las principales causas de muerte a esas edades, enfermedades cadiovasculares y tumores’, apostilla.

Pero hay también quienes abundan en la importancia de tener unos buenos genes. Para el jefe de Medicina Interna del Hospital Cristal de Ourense, Ovídeo Fernández Álvarez, es una de las tres claves del porqué hoy vivimos más tiempo. ’Aunque aún se está estudiando, sí sabemos que hay genes de longevidad, aunque, claro está, es fundamental el cómo los cuidemos, por eso la alimentación juega un papel clave’, explica. ’Una de las teorías más aceptadas sobre el envejecimiento -añade- es la de los radicales libres y la oxidación celular, y las personas que comen verduras, pescado, hortalizas y pocas grasas animales producen menos radicales, se oxidan menos y se destruyen menos mitocondrias’. Sin olvidar, añade, que ir pasando hojas en el calendario no entien de de enfermedades. En cuanto al estado de salud al que llegan, los facultativos coinciden en que es variable: ’Hay ancianos autónomos pero otros con muchas deficiencias’, dice López.

La supremacía de la mujer en edades longevas es evidente: el 67,8% de las personas con 85 o más años son féminas y la inmensa mayoría de los centenarios, mujeres. Pero los expertos vaticinan que en un horizonte no demasiado lejano de unos 20 o 30 años no será así. ’La mujer se ha incorporado a los mismos hábitos tóxicos (tabaco, alcohol...) que los hombres, llevando una vida menos tranquila con responsabilidades dentro y fuera del hogar que conseguirán igualar el horizonte de la supervivencia’, valora Fernández.


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