Dispone de otros cinco dispositivos móviles que instala por sorpresa en las carreteras dependiendo de la intensidad circulatoria

Tráfico despliega en la provincia nueve radares, tres en tramos de 50

Agentes de Tráfico instalan uno de los radares móviles con que sorprenden a los conductores. (Foto: MIGUEL ANGEL)
Nueve radares fijos ayudan a la Guardia Civil de Tráfico a controlar la velocidad en las carreteras de la provincia, tres de ellos instalados en tramos de las carreteras N-525, a su paso por Coles; N-541 , en el barrio ourensano de O Pino, y OU-540, en Barbadás, que están limitados a 50 kilómetros por hora.
Los seis restantes están en la autovía Rías Baixas al ser la que absorbe diariamente un mayor número de vehículos. Estos están perfectamente señalizados en los municipios de A Mezquita, Verín, Xinzo, San Cibrao, Toén y Rabadavia, según la Jefatura Provincial de Tráfico.

El número de radares fijos se queda corto en comparación con los que controlan la velocidad en las provincias de A Coruña, que tal como dio a conocer a principios de mes el colectivo de Automovilistas Europeos Asociados, tiene 26 aparatos vigilando, de ellos 16 en tramos limitados entre 50 y 70 kilómtros a la hora. La sigue Pontevedra, 16 radares, 11 en zonas en las que hay que circular bien a 80 o 50 kilómetros. En Lugo, hay seis y todos son para controlar a los conductores que circulan por la autovía del Noroeste.

La desproporción entre provincias obedece, según explicaron en Tráfico, a la intensidad circulatoria que registran algunas carreteras pontevedresas y coruñesas que cruzan por el centro de varias localidades, en las que se suceden accidentes. En Tráfico, consideran que los aparatos instalados en los viales ourensanos son suficientes.


MAPA

El mapa de radares fijos que dio a conocer Automovilistas Europeos Asociados advierte a los conductores que circulan por la provincia de Ourense de otros dos aparatos, ambos situados en la N-120, a su paso por la ciudad y Ribadavia, pero desde Tráfico aseguran que no les constan.

A los cinemómetros fijos, que están operativos durante las 24 horas, hay que añadir otros cinco móviles que los agentes de Tráfico instalan por sorpresa en las carreteras para interceptar a conductores que no respetan los límites de velocidad establecidos.

Estos radares, según la Subdelegación del Gobierno, no están siempre operativos a la vez, dado que son los agentes los que establecen cuántos se deben instalar, qué días y en qué lugares, todo dependiendo de la intensidad circulatoria que se registre en las carreteras.

La Guardia Civil de Tráfico dispone un sexto radar que en la actualidad lo están utilizando las distintas policías locales de la provincia para controlar la velocidad dentro de los cascos urbanos en que tienen competencias. La iniciativa fue posible a través de un convenio que firmaron la Jefatura de Tráfico y los concellos. Los últimos agentes locales que lo utilizaron fueron los de Verín, que durante un mes tramitaron 1.200 multas por excesos de velocidad.

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