El afán del escritor leonés Andrés Trapiello por hacer justicia con la historia de la literatura española contemporánea lo ha llevado a revisitar la obra 'intencionadamente excluida' de Vicente Risco, ya que 'los gurús censuraron las referencias a grandes literatos tratándolos como menores'. Concretamente, su faceta como articulista en este periódico a mediados del siglo pasado, que Trapiello considera como un 'modelo imperecedero' mediante el que sabía 'decir lo que sabía sentir'.
El periodismo literario practicado por Risco se ocupaba, como ocurre con las grandes firmas del género, explica Trapiello, 'de los hechos invisibles y trascendentales, reflexionando sobre una realidad que interesaba a cualquier tipo de lector'. Además, la pluma pseudoperiodística del escritor de la Xeración Nós se caracterizaba por su atemporalidad al enfrentarse con un fluido diálogo con clásicas preguntas existencialistas.
Por su puesto, el Ourense de la época es otro protagonista habitual de los artículos de Risco, donde describía una ciudad en proceso de descomposición que ya ha dejado de existir en la actualidad. 'Son artículos enormemente tristes, en los que Risco ya se daba cuenta que era un hombre del pasado, que se iba apagando al mismo tiempo que lo hacía el propio Ourense', añade el leonés. Pese a ello, y no sin menospreciar el férreo control informativo del Régimen franquista, 'Risco sigue escribiendo en los periódicos logrando así mantener la fe en la literatura'.
'El libro de las Horas' de Vicente Risco, que revisita Andrés Trapiello en una nueva edición a la que añade su óptica interpretativa con el elucuente subtítulo 'Ejemplo de periodismo literario', es un modelo de cómo con su 'luz y fe sostuvo la literatura', a pesar de vivir 'en una ciudad que, como el resto de ciudades de España en aquella época, no se apreciaba la literatura y la vida era muy difícil'.
Esta revisión póstuma del 'Libro de las horas' se adentra en una trabajada obra concebida como 'un almanaque en el que se tratan de retener los días al final de la jornada para que ésta no se desvanezca', apunta Trapiello, a lo que añade su capacidad para evocar 'una reflexión práctica para mostrarnos lo imposible'.
El gran logro del periodismo literario practicado por Risco se fundamenta también en que 'era capaz de tratar temas insustanciales a los que sacaba enorme jugo y, precisamente por esto, convertía sus textos en imperecederos y extensibles a todo el mundo', añade el escritor. Por todos estos motivos, el ponente destacó el valor documental de los artículos y los calificó como unas pinceladas literarias 'inapreciables'.
Por su puesto, el Ourense de la época es otro protagonista habitual de los artículos de Risco, donde describía una ciudad en proceso de descomposición que ya ha dejado de existir en la actualidad. 'Son artículos enormemente tristes, en los que Risco ya se daba cuenta que era un hombre del pasado, que se iba apagando al mismo tiempo que lo hacía el propio Ourense', añade el leonés. Pese a ello, y no sin menospreciar el férreo control informativo del Régimen franquista, 'Risco sigue escribiendo en los periódicos logrando así mantener la fe en la literatura'.
'El libro de las Horas' de Vicente Risco, que revisita Andrés Trapiello en una nueva edición a la que añade su óptica interpretativa con el elucuente subtítulo 'Ejemplo de periodismo literario', es un modelo de cómo con su 'luz y fe sostuvo la literatura', a pesar de vivir 'en una ciudad que, como el resto de ciudades de España en aquella época, no se apreciaba la literatura y la vida era muy difícil'.
Esta revisión póstuma del 'Libro de las horas' se adentra en una trabajada obra concebida como 'un almanaque en el que se tratan de retener los días al final de la jornada para que ésta no se desvanezca', apunta Trapiello, a lo que añade su capacidad para evocar 'una reflexión práctica para mostrarnos lo imposible'.
El gran logro del periodismo literario practicado por Risco se fundamenta también en que 'era capaz de tratar temas insustanciales a los que sacaba enorme jugo y, precisamente por esto, convertía sus textos en imperecederos y extensibles a todo el mundo', añade el escritor. Por todos estos motivos, el ponente destacó el valor documental de los artículos y los calificó como unas pinceladas literarias 'inapreciables'.
