Una treintena de médicos jubilados de la provincia ha vuelto al ruedo para colaborar en la atención telefónica a posibles contagiados de coronavirus. Los voluntarios, que desde el inicio de la crisis sanitaria mostraron su voluntad de ayudar, reciben en sus casas las llamadas del número facilitado por el Sergas. Desde el servicio de call center filtran los casos en los que es necesaria la valoración de un especialista, y los derivan al grupo de jubilados conectado. "Estamos en grupos de cinco o seis personas, y nos repartimos los turnos, de 8 a 14 horas y de 14 horas a 20 horas. Cuando nos van a desviar una llamada nos avisan y ya nos pasan a la persona, que sabe que lo atiende un médico", explica José Quiroga, uno de los voluntarios y vocal de los médicos jubilados en el Colegio de Médicos de Ourense.
Los doctores escuchan, valoran y, sobre todo, tranquilizan al paciente del otro lado del teléfono. "No es tanto darles la información, que hoy en día yo creo que el que quiera conocer algo sobre este virus lo puede hacer, sino tranquilizarlos", asegura Quiroga. "Cuando llamas al servicio preocupado es importante saber que vas a hablar con un médico, y en nuestro caso, después de 40 años en la profesión tienes hábito de enfrentarte a ciertas situaciones y a dar información de todo tipo", explica José Manuel Tabarés Lezcano, pediatra jubilado y también voluntario. Los doctores, además, pueden atender a una persona durante el tiempo que decidan, lo que facilita una mejor comprensión de la situación que atraviesa el paciente. "Tú los orientas y los tranquilizas, pero no tienes que hacerlo en tres minutos, si quieres hablar durante 20 minutos lo haces, no tienes un tiempo marcado", apunta Tabarés.
La vuelta al ruedo es, para muchos, una forma de volver a sentirse "útiles" en la Medicina, y de arrimar el hombro a sus compañeros que siguen en activo. "No te cuesta ningún trabajo ayudar, todos tenemos que quedarnos en casa estos días, y nuestra profesión es esta", dice Tabarés.
Atención especializada
El equipo de voluntarios cuenta con la colaboración del neurólogo Manuel Cabaleiro y del ginecólogo José Liceras, que se ofrecieron para atender a personas con trastornos psiquiátricos y mujeres gestantes, respectivamente. "Si nosotros detectamos a alguien que está muy apurado en cuanto al estado anímico se lo pasamos a Cabaleiro", señala Quiroga. Si la persona que llama es una mujer embarazada con síntomas, los médicos le 
ofrecen la posibilidad de ser atendida por Liceras. "No es lo mismo que la atendamos desde otras especializades a que pueda ser atendida por un especialista, es una forma de complementar la atención telefónica que tienen los ginecólogos del servicio en el CHUO de 9 a 15,00 horas estos días", añade.
Manuel Cabaleiro destaca la importancia de atender estos días a los pacientes psiquiátricos, que sufren de una forma mayor el confinamiento forzoso de estas semanas. "Tenemos que diferenciar entre atención psicológica y psiquiátrica. Las personas con trastornos se ven obligadas a estar en casa, con las consecuencias que puede tener para ellos, y ahora mismo no les llega con una intervención psicológica telefónica, necesitan medicamentos para superar esta situación y después, más tarde, cuando se vuelva a la normalidad, complementarlo con una terapia en la que se profundice", apunta el neurólogo. "Estamos en un periodo de urgencia en el que no solo necesitan palabra y consejos necesitan fármacos, aunque obviamente yo no me limito a darles pastillas, también los escucho mucho", añade.
