La muerte de Felisindo González por la ingesta de vino envenenado con estricnina en noviembre de 2009 en Maceda entra de nuevo en la sala de vistas del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. La sección penal del TSXG ha fijado para el día 19 la vista de apelación para revisar la sentencia de la Audiencia que condenó a José Luis Lamelas a 17 años de prisión por asesinato tras el recurso presentado por su letrado,Juan Carlos González.
Esta es la segunda vez que el alto tribunal gallego examina este caso, aunque la primera confirmó el fallo de Ourense de diciembre de 2011, que después anuló el Supremo por haber tenido en cuenta el jurado popular para su veredicto un testigo cuya legalidad estaba en entredicho.
En la apelación, el letrado de Lamelas aducirá la falta de motivación del veredicto ya que, según alega, el jurado obvió la prueba practicada en el juicio en favor de las manifestaciones de los testigos en sede policial a pesar de que -señala- 'en el plenario en muchas ocasiones se desdijeron'.
Para la defensa, la condena por asesinato está basada en 'especulaciones, cábalas o conjeturas'.
El recurso insiste en que no hay pruebas que permitan concluir que la bolsa con el vino envenenado estaba en la cancilla de la finca de la víctima ya que las manifestaciones de la viuda, conforme su marido antes de morir le dijo que la halló allí, se produjeron seis meses después del fallecimiento. Alega que no hay pruebas que determinen que el condenado urdió un plan para matar a su exsocio, y que la estricnina mezclada con el vino tenía como destino final envenenar jabalíes.
En la apelación, el letrado de Lamelas aducirá la falta de motivación del veredicto ya que, según alega, el jurado obvió la prueba practicada en el juicio en favor de las manifestaciones de los testigos en sede policial a pesar de que -señala- 'en el plenario en muchas ocasiones se desdijeron'.
Para la defensa, la condena por asesinato está basada en 'especulaciones, cábalas o conjeturas'.
El recurso insiste en que no hay pruebas que permitan concluir que la bolsa con el vino envenenado estaba en la cancilla de la finca de la víctima ya que las manifestaciones de la viuda, conforme su marido antes de morir le dijo que la halló allí, se produjeron seis meses después del fallecimiento. Alega que no hay pruebas que determinen que el condenado urdió un plan para matar a su exsocio, y que la estricnina mezclada con el vino tenía como destino final envenenar jabalíes.
