TURISMO

El turismo se retrae después del junio más frío en 22 años

BARBADÁS (LOIRO). 22/06/2019. OURENSE. Cielo nublado en Loiro. FOTO: ÓSCAR PINAL
photo_camera El cielo nublado, como este que se apreciaba en Loiro (Barbadás) el pasado día 22, tónica habitual de junio.

Las perspectivas hoteleras son buenas en la Ribeira Sacra y, de momento, bajas en la ciudad

El verano ya está instalado en la provincia de Ourense aunque de forma tímida. Tras un tímido repunte, las revisiones empeoran para los próximos días –el fin de semana se encara con cielos cubiertos y temperaturas a la baja– perfilando un escenario que desanima la llegada de turistas. La provincia afronta la temporada estival con más plazas en los establecimientos hoteleros y extrahoteleros que nunca, fruto de un aumento de las prestaciones ofrecidas, y con el objetivo de convertir a 2019 en un año de récord de visitantes, algo que va bien encaminado, al menos hasta el pasado mes de mayo.

El inusual mes de junio vivido en Ourense no ha ayudado a atraer turistas y dar un pistoletazo de salida positivo a este verano. Fue el mes de junio más frío de los últimos 22 años, y tercero con temperaturas más bajas desde 1978.

La temperatura media del pasado mes se quedó en 17,8 grados centígrados, tres grados menos que en 2018, y muy por debajo también de los 20,2 grados de promedio histórico en el sexto mes del año.


Anomalía térmica


La anomalía mostrada en junio en la estación meteorológica de Ourense queda más patente en las temperaturas máximas medias., que se situaron en 24,71 grados, también casi tres grados menos que la media histórica (27,5).

El punto de mayor demostración del atípico inicio de verano se corrobora, especialmente, por el frío nocturno. De hecho, las temperaturas mínimas fueron las más bajas de toda la historia.

Con una media de 11,27 grados, nunca antes se había marcado una media de este calibre. Esta cifra se quedó muy lejos de los 14,4 grados del año pasado y de los 12,9 grados de promedio histórico.


Mala entrada del verano


Esta carta de presentación no ha sido halagüeña para la llegada de turistas en el arranque de la campaña estival. "No hay mucho ambiente de verano todavía, aún no se movieron mucho las reservas", señalaron desde la recepción del hotel Francisco II. "Esta semana y la que viene todavía no hay movimiento, hay previsión de algún grupo o alguna boda. Algún turista suelto siempre hay. Lo que sí está claro es que el año pasado hubo bastante gente ya en estas fechas, pero el mal tiempo ahora se nota...", añaden.

Las sensaciones son semejantes en otro de los hoteles, el NH Ourense, en el que aprecian que "las reservas están siendo my de última hora". En ese sentido, señalan que "hoy llenamos, pero par agosto aún no hay nada". El cliente que ha empezado a llegar es eminentemente turista nacional, que duerme "una o dos noches". Uno de los puntos neurálgicos, que encara el primer verano como candidato oficial a ser Patrimonio de la Humanidad, es la Ribeira Sacra. Allí, la previsión para el mes de julio alcanza el 74% de ocupación, más que el 65% que se había registrado en 2018. "Debemos ser cautos, pois a meteoroloxía e outros factores condicionarán estes valores", apuntó la gerente del Consorcio de Turismo Ribeira Sacra, Alexandra Seara.


Junio de turismo rural


Lo que sí es una realidad es que, pese al inestable mes de junio, se incrementó el número de viajeros alojados, un 4% en los hoteles, y un 15% en las casas de turismo rural. Así, hubo un 62% de ocupación, nueve puntos por encima del año anterior, "e de xeito sinalado, no turismo rural", destacan desde el Consorcio. 

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