La estatua de mármol del siglo XVI que honra al fundador de la capilla apareció decapitada

Los vándalos rompen la talla más valiosa de Os Remedios

La pieza artística más valiosa del patrimonio religioso de la ermita ourensana de Os Remedios, la figura de un caballero de mármol que honra a su fundador, Francisco Méndez Montoto (1459-1550), del siglo XVI, ha aparecido decapitada en su interior. La estatua, de grandes dimensiones y un gran peso, estaba emplazada sobre el sepulcro en el que descansan los restos mortales de Méndez Montoto, quien fue juez, regidor y procurador general de Ourense, y se hallaba en el lateral derecho de la capilla, simbolizando a un caballero arrodillado en actitud de recogimiento y oración.
El canónigo archivero de la Catedral de Ourense, Miguel Ángel González, indicó que se trata de 'una pieza que fue estudiada por distintos autores a lo largo del tiempo, y la de valor artístico más notable de Os Remedios', un templo declarado patrimonio nacional en 1961 y bien de interés cultural (BIC) -actualmente en manos privadas- que sufrió en 2010 un incendio del que la imagen logró quedar a salvo.


LA ALERTA POR EL SUCESO

La voz de alarma saltó el pasado martes al constatar una persona que se hallaba en las cercanías de Os Remedios que la capilla tenía una puerta medio abierta, alertando, acto seguido, a los responsables del colegio Salesianos de tal circunstancia. Fue entonces cuando, según el párroco de este centro educativo, se halló la talla fragmentada en el interior y se avisó a la Policía Local.

Desde el ámbito religioso ourensano se baraja la posibilidad de que la capilla pudiese haber sufrido un acto vandálico que habría malogrado la imagen, o bien, que los dueños de lo ajeno intentaran hacerse con ella y, debido a su peso, terminase por caer al suelo y fragmentarse.

Fuentes del Concello de Ourense reiteraron ayer que 'se trata de una propiedad que está en manos privadas' y confirmaron que el Consistorio enviará un escrito a Patrimonio poniendo los hechos en conocimiento de la Administración autonómica por poder ser constitutivos de una infracción 'grave o muy grave'.

Así, tras lamentar lo ocurrido, apuntaron que los dueños -herederos de dos familias-no se encargan con la debida diligencia de su mantenimiento y seguridad y que tampoco ceden el monumento a la Iglesia o al Consistorio ourensano para que se encargue de su conservación.

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