No le dio importancia y no alertó a la policía porque, según declaró, el domicilio era frecuentado por personas 'raras'

Una vecina escuchó pedir socorro al farmacéutico asesinado en Ourense

El joven rumano, durante su comparecencia en el juzgado en la tarde del lunes, antes de ir a prisión. (Foto: JAINER BARROS)
Alexandru Marius Luca (18 años), el rumano detenido en relación al crimen del número cuatro de la calle Curros Enríquez de Ourense, que le costó la vida al exfarmacéutico Tomás Milia Méndez (72 años), pasó su primera noche en la prisión de Pereiro tras comparecer ante el juez de guardia en la tarde del lunes.
Las pruebas de cargo en contra que acreditan la participación del joven en los hechos, pese a haberse negado a declarar ante el instructor, son aplastantes. No sólo su rocambolesca huida por la ciudad tras ser identificado por una patrulla de la Policía Nacional a las 00,30 horas del sábado, al infundirle actitud sospechosa, sino porque en el momento del arresto arrojó a los policías que iban tras él una bolsa de plástico que contenía ropa de hogar (toallas y sábanas) manchadas con sangre de la víctima. Sin olvidar que en un contenedor cercano a la detención apareció un cuchillo con sangre en el que podrían estar sus huellas.

Además, el supuesto homicida llevaba consigo cuatro cuchillos de acero que pertenecían a la víctima (por eso se le imputa también un delito de robo con violencia) y seis relojes con inscripciones de oro de prestigiosas marcas y con números de serie.

Los investigadores sitúan la hora del crimen sobre las diez de la noche del viernes. Y ello, no sólo en base a la autopsia, sino por la declaración prestada por una vecina del piso inferior al del fallecido. C.R.V. (64 años) aseguró a la policía que sobre las diez de la noche pudo escuchar a una persona decir '¡socorro, socorro!', desde el quinto piso, si bien no le dio importancia ya que en ese domicilio, tal como apuntaron también otros vecinos a este periódico, eran frecuentes las visitas 'de personas raras', en alusión a que procedían de ambientes marginales.


TRES PUÑALADAS

El cadáver apareció en la bañera desnudo y con tres heridas de arma blanca, dos en el cuello y una en el abdomen.

Alexandru Marius reconoció el crimen en un primer momento ante le policía -dijo que había sido contratado por la víctima para mantener relaciones sexuales y se negó a pagarle lo convenido- por lo que iniciaron una pelea. Pero posteriormente quiso enmendar la declaración.

Según se recoge en las diligencias que obran en poder del juez, dos agentes de la policía nacional vieron al rumano pasadas las cinco y media de la madrugada corriendo en sentido ascendente por la calle Lorenzo Fernández Xocas, procedente de Curros Enríquez, con dos bolsas de plástico en la mano. Una de ellas -la de la ropa manchada de sangre- la arrojó contra uno de los policías cuando se inició la persecución (lo seguían por el atentado y la aparición de los relojes en el maletero). Ese mismo agente le dio alcance pero en el forcejeo logró zafarse y echó a correr. Dos policías locales que también le buscaban por un accidente contra una señal de la plaza Don Bosco lograron darle alcance y detenerlo.

Precisamente, el alcalde visitó ayer la sede la Policía Local para felicitar personalmente a los agentes que interceptaron al joven. Agustín Fernández destacó 'el trabajo extraordinario realizado por los policías locales', obviando el trabajo del otro cuerpo.

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