Los investigadores continúan las pesquisas sin descartar ninguna hipótesis sobre la muerte

El vecino muerto en Partovia tenía problemas económicos

La casa de Santiago Yáñez. (Foto: Marcos Atrio)
Santiago Yáñez Iglesias no tuvo una muerte instantánea, según confirmaron los primeros análisis realizados por la Policía Judicial.
El cadáver de este vecino de la localidad carballiñesa de As Caldas de Partovia, natural de Vigo, fue hallado el pasado martes por un amigo en el interior de su vivienda. La Policía Local, que recibió el aviso pasadas las 13.30 horas, se encontró con el cuerpo sin vida de Santiago Yáñez sentado en una silla y con una manta cubriéndole las piernas, además del interior de la vivienda completamente revuelta. Alertada la Guardia Civil, se comprobó después que tenía una herida en la parte posterior de la cabeza hecha con un objeto punzante y una pistola, de las que habitualmente se utilizan en las matanzas de los cerdos, en el suelo, bajo las piernas.

La Policía Judicial se hizo cargo de las investigaciones que todavía continúan en el entorno del fallecido. Aunque la muerte se produjo en extrañas circunstancias, la ruptura reciente de Santiago Yáñez con su segunda pareja y los problemas económicos por los que atravesaba inclinan a los investigadores a pensar que pudo tratarse de un suicidio, pese a que la herida fue en la nuca provocada con un arma pesada y de grandes dimensiones. Ambas circunstancias implican sin duda una gran dificultad para efectuar él mismo el disparo.

Fuentes de la investigación señalaron que se está a la espera de los resultados de las pruebas practicadas incluida la autopsia para aclarar definitivamente las causas y proceder en consecuencia. No obstante, también puntualizaron que físicamente es posible que fuese él mismo quien manipulase el arma e incluso que seguidamente la depositara en el suelo porque su fallecimiento no fue instantáneo.

Entre tanto, los vecinos de AsCaldas de Partovia que conocían a Santiago Yáñez descartaban que fuese un suicidio. En ese sentido, declararon que 'levaba unha semana asustado, con medo, desde que o roubaron'. Según indicaron, hizo el pasado miércoles ocho días que en torno al mediodía había salido semidesnudo de su casa y muy nervioso, gritando que lo habían robado. Por ese motivo, y porque no observaron ningún cambio en su estado de ánimo habitual, descartan que se suicidara. Al respecto, también llama la atención de la gente el hecho de que el cuerpo se encontraba sentado en una silla, presentando como único signo aparente de violencia la sangre seca en la nariz, y sin que el impacto del disparo lo derribara.

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