Seis vecinos del casco antiguo de la ciudad tuvieron que salir en la madrugada a la calle con lo puesto al declararse un incendio en las escaleras del edificio en que residen, el número 13 de la calle Villar. El fuego se originó pasadas las 02.00 horas después de que las escaleras fueran rociadas con gasolina. El portal del inmueble está la mayoría de las noches abierto.
Afortunadamente, todo se quedó en un susto, pero pudimos arder todos. Estas son palabras de uno de los afectados del incendio que se declaró en la madrugada de ayer, sobre las 02.00 horas, en el inmueble número 13 de la calle Villar, en el casco antiguo de la ciudad.
Las llamas comenzaron en las escaleras cuando los seis inquilinos que habitan en el edificio estaban, unos ya en cama y otros viendo la televisión. Marí, una mujer oriunda de Brasil, estaba viendo la televisión y se percató de la presencia de humo, que entraba por debajo de su puerta. La mujer no se imaginaba que el edificio estaba en llamas y al abrir me encontré con todo el fuego. La llama me quemó las cejas y parte del pelo de la cabeza, afirma.
Desde su casa alertó al resto de vecinos y todos salieron corriendo a la calle, justo en el momento en que llegaban los bomberos y dos patrullas de la Policía Local y Nacional. Salimos con los puesto, lamenta la mujer.
En la construcción del inmueble predomina la madera. Los bomberos llamaron a todas las puertas para cerciorarse que no quedaba ninguna persona en el interior. Después sofocaron el fuego, que no llegó a afectar a ninguna vivienda, pero dejó las escaleras de acceso totalmente carbonizadas.
Una vez controladas las llamas, la Policía Nacional inspeccionó la zona y comprobó que el fuego se había iniciado después de que la madera de las escaleras fueran rociadas con gasolina. Alguien tiró intencionadamente una o más botellas de gasolina y después prendió fuego. Por fortuna, no produjo una explosión, afirmaron fuentes de la investigación, recalcando que la puerta del portal está la mayoría de las noches abiertas. Los agentes también investigan si en el edificio se trapichea con droga y el fuego fue provocado por un posible ajuste de cuentas.
Las llamas comenzaron en las escaleras cuando los seis inquilinos que habitan en el edificio estaban, unos ya en cama y otros viendo la televisión. Marí, una mujer oriunda de Brasil, estaba viendo la televisión y se percató de la presencia de humo, que entraba por debajo de su puerta. La mujer no se imaginaba que el edificio estaba en llamas y al abrir me encontré con todo el fuego. La llama me quemó las cejas y parte del pelo de la cabeza, afirma.
Desde su casa alertó al resto de vecinos y todos salieron corriendo a la calle, justo en el momento en que llegaban los bomberos y dos patrullas de la Policía Local y Nacional. Salimos con los puesto, lamenta la mujer.
En la construcción del inmueble predomina la madera. Los bomberos llamaron a todas las puertas para cerciorarse que no quedaba ninguna persona en el interior. Después sofocaron el fuego, que no llegó a afectar a ninguna vivienda, pero dejó las escaleras de acceso totalmente carbonizadas.
Una vez controladas las llamas, la Policía Nacional inspeccionó la zona y comprobó que el fuego se había iniciado después de que la madera de las escaleras fueran rociadas con gasolina. Alguien tiró intencionadamente una o más botellas de gasolina y después prendió fuego. Por fortuna, no produjo una explosión, afirmaron fuentes de la investigación, recalcando que la puerta del portal está la mayoría de las noches abiertas. Los agentes también investigan si en el edificio se trapichea con droga y el fuego fue provocado por un posible ajuste de cuentas.
