Los comuneros rechazaron el cambio hacia un fin sociosanitario y devuelven la negociación al Sergas

Vecinos de Toén vetan el uso del psiquiátrico por Aspanas

Los comuneros de Moreiras y Trelle, en la reunión que mantuvieron ayer sobre el psiquiátrico. (Foto: XESÚS FARIÑAS)
Los comuneros de Moreiras y Trelle no quieren que se modifique la condición médico-asistencial que impusieron hace más de 50 años cuando cedieron terrenos y monte de su propiedad a la administración sanitaria para construir, primero una leprosería, que no se llegó a instalar, y después un Hospital Psiquiátrico, el Cabaleiro Goás, en desuso desde enero de 2012.
Por eso, la mayoría de los más de cien vecinos que acudieron a la convocatoria de la directiva de la asociación de comuneros dijeron 'no' al cambio de esa denominación en beneficio del término 'socio asistencial', el que permitiría la ubicación de los servicios de Aspanas Termal. Al final, pues, y aunque no se llegó a votar este punto porque el rechazo al cambio de la terminología lo invalidaba, la decisión supone también el rechazo a la instalación de esa entidad sin ánimo de lucro, con la que el Sergas tenía un compromiso de cesión del recinto hospitalario para servicios de reinserción de discapacitados psíquicos.


LOS MATICES

Vecinos consultados al final de la reunión declararon que la inmensa mayoría ese cambio de uso pero con dos matices: no hay contraprestaciones para los pueblos y el término 'socio asistencial' o socio sanitario abarca 'demasiado', ya que puede favorecer la entrada en Toén de otras entidades o asociaciones que ellos desconocen, ya que el proyecto de Aspanas Termal incluye la cesión o el trabajo con diferentes asociaciones relacionadas con la atención y terapia igualmente para discapacitados.

Hubo vecinos, aseguran los comuneros, que mostraron su interés por que Moreiras y Trelle recuperen ese recinto, aunque reconocen que en esta coyuntura económica no es sino un 'problema'.

La directiva de los comuneros se reunió días pasados con Aspanas Termal para conocer su proyecto y consensuar algunas prestaciones -referentes a priorizar a los vecinos en el momento de crear empleo o de adquirirles a ellos suministros o mercancías, por ejemplo-, llegando incluso a plantear un preacuerdo que tendría que ratificar el Sergas -que tiene encomendada la gestión del recinto- y que, con el visto bueno de la Xunta, sería sometido ayer a la aprobación de los vecinos. Pero Sanidade no atendió estos días las llamadas, ellos se quejan de que dio la callada por respuesta y, por tanto, el preacuerdo quedó invalidado, al menos de momento.

Ahora, los vecinos trasladarán la decisión de ayer al Sergas, que deberá decidir el futuro del antiguo psiquiátrico, incluso estimar la posibilidad de devolverlo a los propietarios, algo que se planteó ya en la reciente reunión desarrollada en el Complexo Hospitalario con la conselleira Rocío Mosquera, aunque a los comuneros les cuesta creer que la Xunta piense desprenderse de esas instalaciones. Con todo, la conselleira sí les dijo entonces a los representantes de los comuneros que no se iba a reabrir en el viejo psiquiátrico ningún otro servicio de tipo hospitalario o médico, lo que deja el recinto derivado hacia un futuro incierto.

La Consellería había invitado a varias asociaciones sin ánimo de lucro y con labores asistenciales a presentar proyectos de futuro, aunque sólo se consolidó la negociación con Aspanas Termal.

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