La venta de vivienda en el rural casi iguala a la urbana por el efecto covid

Las estimaciones de que el interés por la vivienda unifamiliar ha crecido sobre todo en el rural como consecuencia del coronavirus se sustentan ahora en datos oficiales. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana acaba de certificar que la compra de viviendas en un edificio de una sola planta prácticamente igualan a las transferidas en bloques de varias plantas. En el primer trimestre del año pasado, por lo tanto sin que se notasen los efectos del estado de alarma y el confinamiento, se vendieron en Ourense 176 viviendas unifamilares frente a las 274 en edificios con más de una vivienda. Entre marzo y finales de mayo, con las actividades económicas paralizadas y las agencias de la propiedad inmobiliaria cerradas hasta mediados de mayo, se vendieron 97 casas y 159 pisos. El interés del comprador por otra tipología residencial se notó desde entonces porque, tras la desescalada, en los meses centrales de verano (de junio a septiembre) el número de adquisiciones casi se equiparó: 335 casas y 345 pisos. Entre septiembre y diciembre, a pesar de que es la peor época para adquirir una vivienda en el rural —el sector interpreta que la primavera y el buen tiempo tienen un efecto arrastre a este tipo de productos—, se vendieron 392 casas y 326 pisos. En todo el 2020, el año de la pandemia, se transfirieron 900 viviendas unifamiliares y 1.104 en edificios de más de una planta. Aunque esta última opción toma ventaja en relación a las casas, la horquilla se estrecha. Así lo demuestran las cifras del ministerio: un año antes, en el 2019, se habían transferido 709 casas frente a los 1.294 pisos. Sobre el total de viviendas comercializadas, en el año 2019, el 34,7% eran unifamiliares y en el año del covid el porcentaje subió al 44%. Detrás de este incremento está el cambio de mentalidad a la hora de buscar un lugar donde vivir. Las valoraciones Rafael Castro, presidente de la delegación de Ourense del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia, aprecia como "muchos empiezan a ver la abandonada vivienda de la aldea como una posibilidad de segunda residencia", pero también como "un lugar donde poder pasar mejor las situaciones de confinamiento como la que se ha vivido". Por lo tanto, ante la posibilidad de que se abra una venta de oportunidad para el rural, Castro apunta que también "el avance de las tecnologías de comunicación seguro que le dará la oportunidad de replantearse su modo de vida a muchos jóvenes". En una línea similar se expresa Julio Gil, presidente de la Fundación de Estudios Inmobiliarios. Sin embargo, avanza que el cambio de tendencia del último año "no sabemos si se quedará en un aspecto meramente coyuntural derivado del modo de vida de los últimos meses o se asentará". Por lo tanto, "para que sea así es necesario que existan las infraestructuras tecnológicas y los servicios mínimos que permitan desarrollar con normalidad las tareas profesionales a distancia". El comprador madrileño, el segundo más importante Los datos del Ministerio de Transportes también determinan la procedencia del comprador. Como es obvio, la mayoría de las adquisiciones de vivienda en la provincia las hacen los propios ourensanos, pero llama la atención el interés demostrado por los madrileños a la hora de adquirir una vivienda. Fue en el 2020 el lugar de procedencia de 98 compradores de vivienda en la provincia, mientras que los pontevedreses compraron 67, convirtiéndose con ello en los terceros mejores clientes. De A Coruña 42 compradores eligieron Ourense y, mucha distancia, trece lucenses optaron el año pasado por adquirir una vivienda en la provincia. De acuerdo con las explicaciones del sector, más que una opción para invertir, incluso de un desplazamiento por motivos laborales, las razones de la compra en Ourense estarían en un efecto retorno por la jubilación. Sin embargo, el saldo es negativo: es mayor el número de compras de ourensanos en otras provincias que la decisión inversa. El año pasado residentes en Ourense adquirieron 98 viviendas en Madrid, 67 en Pontevedra —sobre todo Vigo y zona de costa—, 42 en A Coruña y 13 en Lugo. Fue un ejercicio similar al 2019 y mejor que el 2018 Las ventas de vivienda del año pasado en la provincia han estado muy condicionadas por el covid. Aún teniendo en cuenta ese contratiempo, el sector inmobiliario salvó un ejercicio aceptable, con 2.043 viviendas transferidas. En el primer trimestre se vendieron 455 pisos, para caer a 263 en el segundo, por culpa del confinamiento. En el tercero se remontó hasta las 689 ventas y en el cuarto se cerró con 636 operaciones. En el ejercicio del 2019 se formalizaron 2.040 transacciones (casi la misma cifra que en el 2020), pero el ejercicio del covid fue incluso mejor que el año 2018, con 1.914 ventas, según los datos oficiales del ministerio.