REPORTAJE

La vida de tres ourensanos tras enfrentarse a la muerte

Se enfrentaron a la leucemia, un accidente de tráfico y problemas renales. Les pasó por delante la muerte, pero su fuerza vital les ayudó a tirar hacia adelante. A  Lara, Delfina e Iván les cambió la vida, a veces para mejor. 

Con la llegada de la Semana Santa, a más de uno sus historias le pueden sonar a un milagro, pero lo cierto es que todo se debe a su fuerza para vivir o a la ayuda de los médicos en los momento clave. Tres ourensanos que lucharon contra el destino que parecía haber decidido complicarles su existencia. Aunque viven con las consecuencias, siguen al pie del cañón.

Les cambió la vida, eso está claro, en muchos aspectos a mejor. "Serve para saber quen está aí, e quen te quere. Eu despois do accidente separeime. Faiche ver a vida doutra forma", explica Lara López, que tuvo un choque con su coche en 2014 que le rompió prácticamente todas las extremidades. "Viaxei máis que en toda a miña vida anterior. Daste de conta cando estás ao límite de que hai que vivir", añade Delfina Debén, que luchó contra una leucemia que le detectaron en 2014.

Ahora dan gracias. "Doulle as gracias á enfermidade. Vivo o día a día, xa non poño escusas para ir tomar o café con ninguén. Se oivanrivas_results cristais están sen limpar, que lles dean". Lara también: "Agora teño un neno de 15 meses, se non tivese aquel accidente, hoxe non o tería", confiesa.

Iván Rivas, a punto de morir en dos ocasiones por problemas renales, también: "Me ayudó a ser mejor persona y saber quién soy, disfrutar del momento y tomar mis propias decisiones".

Cada uno superó una serie de problemas que parecía hacerlo todo más complicado. "Cada vez creo máis en que o destino de un está escrito. O que está para ti non o vai levar outro". Así lo explica Delfina, de Pereiro de Aguiar. En 2014 le detectaron la enfermedad en una analítica a la que acudió porque se sentía sin fuerzas. "Na miña vida vira unha médica pasando tanto apuro. Eu díxenlle: 'por favor, dime o que teño", relata. "Pregunteille se había solución, dixo que si, e con iso valeume. Como lle dixen ao médico cando me ingresaron: 'Unha puta leucemia non me vai levar deste mundo'".

Para superarlo tuvo que pasar de todo. "Nunha ocasión déronme medicación por vía e era por boca. Menos mal que a dose era pequena, se non morría". Lo peor, cuenta, fue cuando la jubilaron a la fuerza. "Aí si que me sentín mal; tiña un traballo ao lado da casa e con compañeiras marabillosas...Foi como dicirme que ía morrer", añade. Ahora lo agradece. "No momento depriminme, pero agora viaxo. E vou cada mes e pico a Santiago a revisión e aproveito para ir ao Primark", afirma.


Ayuda profesional


Lara López se rompió las piernas y los brazos, el hueso ilíaco, hombro y rodilla. Un conductor de 81 años con alzheimer iba en sentido contrario y se estrelló contra ellas. "Non recordo nada, pese a que dixeron que estiven consciente en todo momento. Os psicólogos din que a mente apartouno, pero hoxe aínda noto algo de tensión cando escoito unha ambulancia", confiesa. La primera noche "salváronme a vida", con una operación a contrarreloj para que no se desangrase.

Tuvo que ir al psicólogo, como Delfina. "Teño obsesións, como andar sempre co termómetro", confiesa la de Pereiro. Por su parte, Lara buscó ayuda tras ver las fotos. "A miña nai saía recollendo cousas, pero meu pai saía sentado nunha pedra. Pregunteille por que, e díxome que era porque pensaba que ían sacarme morta de alí. Iso afectoume moito". ¿Conducir? "Hai que afrontar o medo. O primeiro día volvín facer a curva polo mesmo sitio".


Recuperación


Lo peor llegó después. "Saes en silla de rodas e crúzaste con xente coñecida que te mira e non se atreve a preguntar. E despois chega a rehabilitación...Véseche o mundo encima. Aí é cando empezas a pensar, 'por que me pasou a min'...

Iván Rivas tuvo que ir a diálisis a los 23 años. "Casi me muero un par de veces, una por un error médico", relata. Estuvo casi dos semanas en quirófano. En un mes pasó de 73 a 53 kilos hasta que recibió el trasplante de su padre. "Cuando empecé a levantar cabeza, me fui, pero murió mi hermana, que tenía solo 23 años, en la explosión de una pirotecnia de Leiro". Regresó y otro mazazo: "Mi novia me dejó tras ocho años con ella. Ahí cambié todo". Y ve la vida de otra forma. 


Los testimonios


Delfina Belén (recibió un trasplante de médula): "No hospital nunca deixei de pintar os labios"

La idea era realizar un autotrasplante pero, tras unas complicaciones, tuvo que realizar un trasplante de médula. Ahora da las gracias. "Igual iso foi o que me salvou a vida", cuenta. Poco después recayó: "Cheguei a parecer un cadáver ambulante".    Su vida cambió y ve la botella medio llena: "Antes usaba unha 44 e agora collín un tipo...Teño a meu neto Breogán, que é unha das medicinas mellores que existen...", relata.  Durante su estancia en el hospital tuvo momentos "duros" pero nunca dejó de arreglarse. "Non deixei de pintarme os labios". Y no disimuló la quimioterapia: "Nunca puxen peluca, e iso que antes tiña un pelazo.... E quedei sen  cellas, sen expresión". 

Lara López (Sobrevivió a un accidente): "Abrín os ollos, agora teño un neno que non tería"

Llevaba en su coche a su suegra. Era el 25 de marzo de 2014. Ella consiguió sobrevivir, pese a que tuvieron que reconstruirle gran parte del tren inferior. Se recuperó y aprendió a convivir con el dolor. "Hai días que che mina a moral. Non lle colles cariño pero aprendes a convivir con isto. Eu levántome e teño dolores", confiesa. Se separó después del accidente: "Estas cousas ábrenche os ollos, cando ves que nun segundo se che puido ir a vida. Agora teño un neno de 15 meses que non tería", relata. Lo peor, recién operada, fue ir en silla de ruedas y la rehabilitación. "Mirábante todos, e o peor é que moitos non se atrevían a preguntar". 

Iván Rivas (a punto de morir dos veces): "Me ayudó a saber quién soy y ser mejor persona"

"Me quitaron un sistema de diálisis, me pusieron otro, donde casi me muero, luego un cateterismo, luego un sistema no iba bien...Un lío", explica este joven ourensano, que llegó a estar dos semanas entrando y saliendo del quirófano. Su desgracia encontró solución después de estar al borde del abismo. Recibió un riñón de su padre. Pero entonces, cuando decidió dar un giro e irse a Barcelona, su hermana, con apenas 23 años, falleció tras la explosión de la pirotecnia de Leiro. Allí se volvió, y al poco tiempo rompió con su novia de siempre. Ahora, ha dado un giro y ha aprendido de todo. "Todo me ayudó a saber quién soy y ser mejor persona". 

Te puede interesar