El abandono de una camada y dos cachorros en el río Miño mueve la solidaridad de los ourensanos

Una vida de perros

El perro que salvó a una familia de Coles de una intoxicación de gas. (Foto: Martiño Pinal)
La camada de perros abandonados en un contenedor, así como los dos que fueron arrojados al río Miño no llegaron a estar ni 24 horas en la perrera municipal. El maltrato despertó la solidaridad de los ourensanos, que acudieron a adoptarlos.
Ni 24 horas llegaron a estar en la perrera de Ourense los ocho perros que fueron abandonados en un contenedor de basura de la calle Alejandro Pedrosa, ni los dos cachorros que fueron arrojados desde la presa de Velle.

Los animales despertaron la sensibilidad de los ourensanos y, tras la amarga experiencia, fueron adoptados. ‘Se interesaron muchas personas tanto por la camada abandonada como por los dos que fueron arrojados al río’, afirmó la responsable de la perrera, Rosa Jarri.

Este chorro de solidaridad contrasta con la crueldad de algunos dueños de animales domésticos, dado que, según palabras de Rosa Jarri, a la perrera municipal llegan prácticamente todos los días perros maltratados. El último entró en las instalaciones el pasado miércoles. ‘Lo apalearon hasta destrozarle las dos mandíbulas y causarle un corte profundo en el cuello. Tuvimos que introducirle un tubo en la garganta para que pueda respirar. De momento continúa con vida y evoluciona favorablemente’, dijo la responsable de la perrera.

El fin de semana pasado, la propia Rosa Jarri recogió otro can en el municipio de Barbadás. ‘Tiene una enfermedad y se quedó sin pelo en todo el cuerpo. En la piel tiene mucho escozor y se rasca hasta sangrar. Sus dueños seguro que creyeron que era algo contagioso y, en vez de llevarlo a un veterinario, lo abandonaron en la calle’, añadió.

En la perrera ourensana hay en la actualidad 800 animales y la mayoría fueron abandonados por sus dueños. Curiosamente, en este caso, muy pocos de ellos despiertan la curiosidad de los vecinos y permanecen en las instalaciones al cuidado de cuatro personas. ‘Hay personas que tienen espacio en sus viviendas para tener un animal de compañía. Si toda esta gente adoptara un perro, nos quedaríamos aquí sin animales’, señaló Rosa Jarri, recordando que está demostrado cientificamente que un animal de compañía es una buena terapia para las personas con depresión, que se sienten solas, están enfermas o tienen problemas de autoestima.

De hecho, el Centro Penitenciario de Pereiro tiene en marcha un programa con perros en el que participan reclusos con problemas de integración en la sociedad. ‘El proyecto fue puesto en marcha a finales del 2007 y está dando muy buenos resultados, porque los internos sienten que tienen algo por lo que esforzarse’, afirmaron fuentes de la cárcel.

Los animales son los protagonistas del penal, como lo fue Boby el 26 de noviembre del 2007 cuando evitó que un toro corneara a su dueño en un prado de Montederramo. El hombre ya estaba inconsciente y el perro plantó cara al toro. El último ejemplo de la amistad de un perro fue el miércoles en Coles. Una familia se salvó de una intoxicación de gas al comprobar que el animal estaba vomitando por su inhalación.

’Insensibles’ y ‘maltratadores’

La sensibilidad de los ourensanos en contra del maltrato animal quedó patente en la página web La Región nada más darse a conocer el hallazgo de ocho perros recién nacidos en el contenedor de Alejandro Pedrosa o los otros dos que fueron arrojados al río Miño desde el puente de la presa de Velle.

La práctica totalidad de los lectores rechazaron con contundencia en sus comentarios, en los que tachan a las personas que abandonaron los animales de ‘insensibles’ y ‘maltratadores’.

Las dos noticias, que se sucedieron prácticamente seguidas, figuran entre las más leídas del periódico y algunos de los lectores exigen incluso que, una vez que la Policía Local logre identificar a los vecinos que abandonaron los perros, sean dados a conocer sus nombres con los apellidos completos e incluso su dirección, ‘porque nadie tiene derecho a maltratar a un animal indefenso. Si hacen esto con un perro, pueden cometer otros delitos’, dice uno de los lectores.

Esterilización Los lectores también plantean en sus comentarios qué hacer cuando una perra o gata alumbra nuevos retoños. Ante esto, hay división de opiniones; una mayoría aposta por la esterilización del animal e incluso recurrir a productos químicos para evitar que entre en celo y, posteriormente, la gestación. Otros se inclinan por la posibilidad de ofrecer los cachorros en adopción a conocidos y familiares. Entre los comentarios también los hay partidarios de sacrificarlos, una práctica que se continúa haciendo en localidades del rural ourensano.



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