La caída del sol en el Viernes Santo señala el punto álgido de la conmemoración de la Pasión. Es una noche de silencio, en la que las procesiones rememoran la crucifixión de Cristo, y los fieles ourensanos la viven con fervor a la luz de las velas.
En la ciudad, los actos del día comenzaron a las cinco de la tarde en la Catedral. El Viernes Santo la tradición católica señala que no se celebra misa, es decir, no se realiza la Consagración, y el acto se substituye por una liturgia de Pascua. La Catedral se llenó de fieles que se preparaban para, unas horas despues, salir en procesión con los pasos de la Pasión.
A las 21,00 horas comenzó a andar la Procesión del Santo Entierro, la más multitudinaria de la ciudad, que, desde la Catedral, recorrió la rúa Lepanto, la Praza do Ferro, la rúa Santo Domingo, el parque de San Lázaro, la rúa do Paseo, la rúa Lamas Carvajal, la Praza de Santa Eufemia y la rúa Juan de Austria, para culminar con el regreso a la Seo ourensana.
Las diferentes parroquias de la ciudad tuvieron sus propias procesiones. En Fátima, salió un año más el paso de la Piedad, a las siete de la tarde.
Os Caladiños en la Trinidad
Ya entrado el Sábado Santo, salió a primera hora de la mañana la procesión de la Soledad, conocida como os Caladiños, de la iglesia de la Trinidad de Ourense. Iluminados por velas de cera, los vecinos acompañaron el Viacrucis hasta la Catedral, donde se leyó el sermón. Este sábado es, para los católicos, el día de Vigilia Pascual, un día de espera hasta el Domingo de Resurrección, que se vivirá con actos de caracter recogido en todas las parroquias de la ciudad.
