CRONICA

Vilanova dos Infantes echa el cerrojo a los desconocidos

photo_camera Los crespones negros cuelgan de ventanas y balcones del burgo medieval de Vilanova dos Infantes.

Los vecinos aseguran que aquellos días en los que se dejaban las puertas de las viviendas abiertas han acabado tras el brutal asesinato de su párroco, Adolfo Enríquez Méndez

El sonido del claxon de la panadera rompía ayer el silencio del burgo medieval de Vilanova dos Infantes, en Celanova. Sus calles y plazas, tantas veces retratadas repletas de gente con motivo de la romería Raigame o de la procesión de la Virgen del Cristal, lucían ayer tristes y vacías.

De los balcones y ventanas cuelgan banderas con crespones negros, intercaladas con la imagen de la venerada Virgen que, después del homicidio del párroco Adolfo Enríquez tras el asalto a su vivienda en la madrugada del lunes al martes, permanece en paradero desconocido. "Este era un pueblo de puertas abiertas, pero ahora hay miedo", confiesa Manuel Riestra, vecino y promotor del único bar de este bello núcleo a escasos dos kilómetros de Celanova.

El local habilitado en las antiguas escuelas, punto de encuentro de lugareños y turistas atraídos por la majestuosa Torre del Homenaje, ha visto suspendidas sus partidas de cartas después de comer y los clientes, solo tienen palabras de recuerdo para el que ha sido su párroco durante las últimas cuatro décadas. "Despois do que lle pasou a don Adolfo, un hombre bo e xeneroso con todo o mundo, claro que temos medo. É normal, non?", responde Emilio López, al tiempo que recuerda como hace dos años ya entraron a robar a una vecina mientras estaba en misa y en el Santuario do Cristal, los amigos de lo ajeno se llevaron un copón de plata en 2013. "Agora son máis desconfiado cos vehículos que chegan ao pobo, pero de momento non veu ninguén deses que viñan a pedir esmola", matiza, con la sospecha compartida en Vilanova de que en ese círculo se encuentran los asesinos de su querido párroco.

La virgen, en el cielo

De lo que todavía no quieren ni oír hablar, al menos los lugareños consultados en la visita por el núcleo, es de la desaparición de la imagen de Virgen del Cristal que, si bien no ha sido confirmada por los investigadores, ni la monja ni el párroco de Celanova que han entrado en la casa rectoral dieron con su paradero. "De momento no hay novedades", se escuda Emilio López, que no duda en ensalzar la grandeza de la imagen "milagreira", un vidrio compacto con la imagen de la Virgen en ambas caras que apareció en 1630, cuando no había técnica para tan minuciosa obra de ingeniería ."Sobre la imagen no se sabe nada, pero en esta tragedia pasa a un segundo plano. El sentimiento primordial está con don Adolfo", expresaba Encarna Vila, a lo que su vecina y amiga, Carmina de Castro, matizaba "la Virgen está en el cielo".

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