REPORTAJE

Construye una chabola bajo el puente Novísimo y pide enganche de luz

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photo_camera José, en una de las puertas de acceso a su chabola, en la que instaló verjas para impedir la entrada a los ladrones.

José reside bajo el puente Novísimo de la ciudad y lo único que pide es suministro eléctrico para su chabola. Dice estar feliz en el lugar, pese a no tener luz, agua y saneamiento. Eso sí, posee platas ornamentales y huerto. 

Una chabola bajo uno de los arcos del Puente Novísimo de la ciudad, el más pegado al acceso centro, sin agua potable, luz eléctrica, saneamiento, alcantarilla y prácticamente sin accesos. Este es el hogar de José, un jubilado que dice ser oriundo de A Coruña. Asegura que es feliz en su chabola y que no la cambiaría por nada del mundo, aunque termina reconociendo que le gustaría tener suministro eléctrico, para poder ver de noche y cargar la batería del teléfono móvil sin tener que recurrir a conexiones de amigos. "É moi fácil enganchar a luz, porque na ponte hai farolas e caixas de rexistro eléctrico", explica.

José construyó la chabola a base de bloques de hormigón, instaló las puertas e incluso puso verjas en las ventanas para ponerselo difícil en caso de que aparezca los ladrones. La instalación está pegada a la base del pilar del puente, bajo la plataforma de una pasarela del camino que discurre a lo largo del río Miño, por la que cruzan a diario numerosas personas. La madera de la pasarela bien podría hacer de techo de la chabola, pero el jubilado optó por cubrirla con chapas metálicas para evitar goteras. Incluso valló un trozo de terreno en forma de patio, en el que cuida hiedras (esta planta ya cubre toda la cerca), geranios, mimosas, cactus y alegrías. "Está todo moi limpo, teño a miña cama, cociña, comida...,non me falta de nada", asegura, recalcando que el único problema es la falta de luz eléctrica. "Xá a solicitei, pero non me fan caso", apunta.

Al lado del habitáculo tiene montones de troncos y ramas que quema cuando tiene frío en una especie de horno, al que dotó de chimenea. Por tener incluso montó una terraza, varios cubos para lavar la ropa (el agua la coge del río), y cuida un huerto cerca del río en el aún cultiva pimientos, lechugas y coliflores. José se negó a facilitar su apellidos y a hablar de su vida y de las causas que le llevaron a construir la chabola junto al río. Cualquier pregunta sobre su biografía, siempre responde con lo mismo; "A ti tocouche a lotería, non, pois xa está", concluye.

Eso sí, lo único que reconoce es que es soltero, aunque acto seguido puntualiza que no le falta sexo. Sobre una mesa tiene una radio, que quizás sea la que le permite estar al corriente de la vida política, incluida la local y provincial.

En el Concello son conocedores de su situación, pero, según la concejala de Servicios Sociales, Sofía Godoy, rechaza cualquier tipo de ayuda. La edil teme que corra la misma suerte que el indigente que murió en el incendio del pasado miércoles en una vivienda en ruinas en O Polvorín, en la que residía de okupa con un hermano, que sufrió quemaduras en el rostro. "A los dos hermanos se les ofreció ayuda y la rechazaron. Con este hombre pasa lo mismo, no se deja ayudar y se pone agresivo", apuntó Sofía Godoy.

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