En los días previos marcados por las fricciones entre parte del pequeño comercio motivadas por el Black Friday dieron paso a una jornada de compras, en la que los ourensanos salieron a la calle a buscar las mejores gangas
Tras una previa marcada por el complicado momento del pequeño comercio y las tensiones derivadas de la consolidación del Black Friday, la polémica dio paso a las compras. Ayer fue un día intenso, con éxito de afluencia pese a la lluvia, y con mucho movimiento en las calles desde primeras horas del día, demostrando que la cita es ya una tradición en Ourense. O por lo menos, así se reflejaba en las largas colas en tiendas de ropa, electrónica, perfumes o calzado, o el cartel de "completo" en el parquin del Ponte Vella durante la tarde. Los establecimientos pequeños se dividieron entre los que apoyaron los descuentos -a regañadientes con pequeñas rebajas- y los que decidieron no sumarse a la campaña, por estar fuera de los plazos establecidos para rebajas.
En compañía o a solas, los ciudadanos salieron ayer a la calle para buscar las mejores ofertas disponibles. Los clientes se encontraron con precios reducidos de entre el 10% y el 70%, dependiendo de cada establecimiento, que aprovecharon para compras pendientes, regalos de Navidad y algún que otro "caprichito" para uno mismo y para los allegados. "Ahora voy a comprar un perfume que tenía en mente para comprarlo más rebajado aprovechando los descuentos de hoy, pero ya compré alguna cosa más", explica Alba Ortega.
Ante el trajín de gentío, también hubo quién se quejó. "A mí tanta gente me estresa", comentaba una joven a sus amigos. La lluvia, ayer, no molestó para realizar las compras: paraguas en una mano, bolsas en otra. Y si llueve mucho, qué mejor cobijo que una tienda.
