MEDIO AMBIENTE

Agentes fluviales vigilan el Támega para evitar vertidos

photo_camera Imagen que presentaba en la mañana de ayer el río Támega, a la altura del barrio de A Noria (Verín) (A.R.)

La Hidrográfica del Duero teme que el aumento de caudal sea aprovechado para verter residuos

La crecida de caudal en el río Támega a causa de las últimas lluvias encendió la alarma en la Confederación Hidrográfica del Duero, que teme posibles vertidos contaminantes, como el registrado el pasado 15 de septiembre, aprovechando los arrastres de materia orgánica.

Par impedir una posible contaminación, cinco agentes fluviales controlan el cauce desde su nacimiento hasta la frontera con Portugal. El río discurría en la mañana ayer completamente turbio a causa de los arrastres de materia orgánica, algo habitual en el cauce en los días de lluvia. “Hace unas cuantas semanas había tramos de cauce que estaba secos y ahora es normal que se produzca esta situación, porque la lluvia acarrea troncos, ramas y ceniza de zonas quemadas”, afirmaron fuentes del organismo de cuenca.

Los agentes recogen continuamente muestras de agua, que son remitidas a un laboratorio para analizar en profundidad y determinar su calidad y si contiene materiales pesados. El resultado de las muestras recogidas en la mañana de ayer dieron negativo. "De producirse un vertido tóxico es fácil de localizar, dado que provoca espumas y el agua cambia de color. Además, produce olor", afirmaron las mismas fuentes.

El río Támega recibió tres vertidos tóxicos desde el pasado mes de julio, que tiñeron el cauce de color blanco. A día de hoy, el organismo de cuenca y la Guardia Civil aún no determinaron el origen de los citados vertidos, aunque sospechan que fueron de las obras de construcción del tren de alta velocidad. Los agentes también revisaban ayer todos los arroyos afectados por el trazado del AVE.

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