Cuando camino por la naturaleza me siento en paz. De alguna forma los problemas ya no son tan problemas o los sentimos de forma diferente. La vida que rodea a un bosque es mágica y deslizarse por sus líneas con nuestros diminutos pies, hace que nos sintamos más relajados.
Lo mismo me pasa cuando trabajo la huerta y muevo la tierra con mis manos. La tierra nos hace mas felices. ¿Quién no ha visto a un niño retozando en ella, o a nuestros queridos perros en charcos fangosos? La “suciedad” nos traslada y conecta a nuestras raíces.
Pues unos de los motivos por los que la suciedad de la tierra y el contacto con la naturaleza nos hace mas felices y tranquilos es una bacteria. Diferentes estudios han descubierto la existencia de una que se llama mycobacterium vaccae y vive en la tierra.
Es una bacteria que es capaz de disminuir la ansiedad y mejorar la función cognitiva, lo que sugiere que el contacto con entornos naturales es beneficioso para la salud.
A nuestra amiga la descubrió una oncóloga llamada Mary O’brian, del Royal Marsden Hospital de Londres. Ella la utilizo en pacientes con cáncer de pulmón en un intento para aliviar sus síntomas. De una forma o de otra, descubrió un notable aumento de la alegría y el estado de animo en general, sintiendo también menos nauseas y dolor.
Christopher Lowry, neurocientífico de la Universidad de Bristol en Inglaterra, estaba intrigado por los hallazgos de O’Brien y comenzó a investigar este método un poco más. En un estudio, inyectó M. vaccae a ratones y notó un aumento en los niveles de citocinas que finalmente producen serotonina. Lowry explica que la bacteria “tuvo exactamente el mismo efecto que los medicamentos antidepresivos”.
Por otra parte, Dorothy Matthews y Susan Jenkins, en The Sage Colleges en Nueva York, alimentaron a los ratones con pequeños sándwiches de mantequilla de maní mezclados con tierra. Los ratones no solo disfrutaron de estos, sino que también mostraron un pensamiento más claro al navegar por el laberinto. Los niveles de ansiedad disminuyeron y los efectos duraron hasta tres semanas.
La conclusión es que podemos decir definitivamente que es bueno estar al aire libre y tener contactos con estos organismos, es un ingrediente mas que podemos añadir a nuestra cesta de la receta de la felicidad…
