La hierba mora, conocida científicamente con el nombre de Solanum nigrum y también con los nombres de tomate del diablo o uvas de perro, es una planta herbácea de ciclo anual, con mucha hoja, perteneciente a la familia de las Solanáceas. Es nativa de Eurasia y está extendida por todo el mundo. En Galicia, donde está presente en todo el territorio, se le designa también con los nombres de herba das bagas, herba dona, herba da fístola, herba de Santa Mariña, herba negral o uvas de can.
Sus raíces son rastreras. Sus tallos, en ocasiones leñosos en la base, son erectos, pubescentes, verde amarillentos y muy ramificados. Sus hojas son alternas, pecioladas, oval lanceoladas, con el margen entero o ligeramente dentado y de color verde oscuro. Sus flores, con la corola en forma de estrella, es de color blanco con estambres amarillos y de menos de un centímetro de diámetro. Se disponen en inflorescencias apicales en forma de racimos. Son muy parecidas a las de la patata. Florece principalmente desde finales de primavera hasta el otoño. Sus frutos son unas bayas globosas, inicialmente verde amarillentas, y negras y brillantes en la madurez. Por su colorido atraen a los niños, siendo peligrosa su ingestión a causa de su toxicidad. En su interior albergan numerosas semillas ovoideas de color marrón claro. Crece en los bordes de los caminos, cultivos abandonados y escombreras.
Se usa en medicina por vía externa como emoliente, antineurálgico y analgésico. En los herbarios de los antiguos Monasterios de Galicia se la cita como una planta cuyas hojas, aplicadas en forma de cataplasmas, tienen efectos narcóticos. Ello es debido a su contenido en alcaloides como la solanina y la solasonina. Por este motivo se usaba como calmante. En general, todas las partes de la planta son venenosas.
Etimológicamente el nombre genérico solanum parece derivar, según algunos autores, del latín solamen que significa “alivio”, en referencia a sus propiedades sedantes. Pero en realidad, no se conoce bien el origen de la denominación, ya que otros dicen que procede del latín sol, que significa “sol”, o de solanus, que significa “viento del este”. El epíteto nigrum hace referencia al color de sus “bayas negras”.
Una especie similar, también perteneciente a la misma familia de las Solanáceas, es la Solanum dulcamara, conocida en castellano como dulcamara, amaradulce, amargamiel o matagallinas y en gallego como escornacabras, bon varón o mexacán.
Posee un rizoma cilíndrico del que surgen largos tallos trepadores, también cilíndricos, ramificados y leñosos en la base, que pueden trepar por los troncos de los árboles y de los muros. Por ese motivo, se le puede considerar como una planta arbustiva. Las ramas son también huecas y su corteza desprende un olor desagradable al rasgarla. Sus hojas, con largos peciolos y verde oscuras, son alternas, oval lanceoladas, con el ápice agudo y un poco acorazonadas. Las flores, también con forma de estrellas, se presentan en inflorescencias apicales, en forma de racimos colgantes. Son de color azulado, violáceo o púrpura, raramente blancas, con cinco estambres amarillos. Florecen de mayo a septiembre. Sus frutos son pequeñas bayas elipsoidales, casi redondeadas, de color verde al principio y rojas en la madurez. Albergan en su interior semillas en forma de riñón, grisáceas. Es frecuente encontrar flores y frutos al mismo tiempo en el mismo pie de planta. Las bayas son, como el resto de la planta, venenosas para los humanos. Sin embargo, los pájaros las comen, dispersando después las semillas con sus excrementos. Crece en medio de la maleza, en barbechos, en bordes de caminos, en acantilados, generalmente en zonas húmedas y sombrías.
A pesar de su toxicidad, se ha usado en medicina como narcótico suave, diurético y febrífugo. Asimismo, para curar el asma, la bronquitis crónica, la neumonía, la tos ferina, el reuma, la ictericia y diversas enfermedades venéreas. En forma de compresas se ha utilizado para tratar diversos males de la piel, como eccemas y psoriasis. Sus frutos se han recomendado por via externa para mitigar el dolor de la picadura de las avispas.
Existen muchísimas especies pertenecientes a la familia de las Solanáceas, distribuidas por todo el mundo y la mayoría de ellas venenosas. No obstante, algunas se cultivan por su importancia como alimento para el ser humano como la berenjena o Solanum melongena originaria de la India, la patata o Solanum tuberosum y el tomate o Solanum lycopersicum, estas dos últimas originarias de América.
En algunas zonas de Galicia, según referencia de diversos botánicos, también se han encontrado ejemplares de las especies Solanum betaceum, Solanum carolinense, Solanum chenopodioides, Solanum jasminoides, Solanum laciniatum, Solanum laxum, Solanum linnaeanum, Solanum mauritianum, Solanum pseudocapsicum, Solanum sisymbriifolium, Solanum sodomeum, Solanum sublobatum y Solanum villosum.