Obesidad en la infancia, una epidemia mundial

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En las últimas décadas, la prevalencia de la obesidad en los niños ha aumentado de forma alarmante. Esta epidemia mundial tiene consecuencias importantes, que incluyen trastornos psiquiátricos, psicológicos y psicosociales en la infancia y un mayor riesgo de desarrollar en el futuro enfermedades no transmisibles.

El tratamiento de la obesidad es difícil y es más que probable que los niños con exceso de peso se conviertan en adultos obesos. Estas tendencias han llevado a los estados miembros de la OMS a respaldar un objetivo de no aumento de la obesidad infantil para 2025.

Con el fin de proporcionar estimaciones fiables y tendencias de la epidemia mundial de exceso de peso en niños y adolescentes, un grupo de investigadores británicos recopiló la información más actualizada disponible en las principales fuentes de datos sobre salud infantil (UNICEF, OMS, Banco Mundial). Del análisis y estudio de los datos arrojados en esta revisión, precisan que la prevalencia mundial de sobrepeso en niños menores de 5 años ha aumentado modestamente, pero con tendencias muy distintas entre las regiones de bajos y medianos ingresos, mientras que la prevalencia de obesidad en niños y jóvenes (entre 5 y 19 años) ha tenido un aumento mucho mayor.

Refieren que en las últimas cuatro décadas, la obesidad en niños ha aumentado en todo el mundo, al igual que en los adultos, pero con una diferencia notablemente mayor en el grupo de niños y jóvenes de 5 a 19 años en comparación con los más pequeños. Los valores de prevalencia de obesidad en este rango han sido ocho veces más altos entre los años 1975 y 2016.

Por otra parte, el trabajo resalta muchas diferencias en los niveles y tendencias de obesidad entre regiones y países de bajos ingresos, así como también, cierto aplanamiento de las tendencias, especialmente entre países ricos. Encuentran además, que a pesar de los aumentos generales en la prevalencia de la obesidad en la niñez, coexisten diferentes formas de desnutrición en todos los niveles.

Los autores del trabajo reconocen que los principales impulsores de esta epidemia están relacionados con los cambios en los sistemas alimentarios y la reducción de la actividad física, con dos características clave. En primer lugar, la mayor disponibilidad de alimentos y bebidas ultra procesados, de alto contenido energético y por lo general económicos; y en segundo lugar, el aumento de personas con estilos de vida sedentarios, con altos niveles de inactividad física entre los niños. A medida que los niños pasan por la niñez y la adolescencia, aumenta la susceptibilidad a los alimentos y al entorno físico. Cada vez más, eligen los alimentos que comen y la cantidad de ejercicio que hacen.

La revisión expone un estado crítico de obesidad infantil global e identifican intervenciones efectivas de nutrición y actividad física en las escuelas, pero con una voluntad política e implementación débil. Los expertos señalan necesario implementar programas de apoyo a las familias y comunidades a través de la creación de entornos alimentarios saludables y refuerzo de hábitos así como políticas eficaces en múltiples sectores para abordar la sobrenutrición tanto a nivel local como global.

Ref: Di Cesare y Col. BioMedicalcentre Medicine. La carga epidemiológica de la obesidad en la infancia: una epidemia mundial que requiere acción urgente. 2019; 17: 212.

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