Un clásico que a nosotros nos recuerda especialmente a la época de Navidad y a nuestras abuelas. Estupendo aperitivo y un alimento rico en proteína y en hierro. La salsa que se consigue le da un sabor muy especial.
Ingredientes
1 kilo de almejas frescas
1 cebolla
2 dientes de ajo
1 nuez
Jengibre fresco
1/2 vaso de vino blanco (ribeiro /albariño/godello)
1 cucharada de harina de trigo o almidón de maíz
1 cucharadita colmada de pimentón dulce o picante
Elaboración
Dejamos a remojo las almejas en abundante agua con sal durante al menos 2 horas, cambiándole el agua un par de veces. En una sartén, doramos el ajo y el jengibre bien picaditos, añadiendo más tarde la cebolla, también muy picada. Rehogamos todo suavemente hasta que la cebolla quede transparente y añadimos la harina y el pimentón. Removemos rápidamente antes de añadir el vino blanco y medio vaso de agua, cocinándolo todo suavemente hasta integrar todos los ingredientes, logrando espesar la mezcla a la par que dejamos evaporar un poco más el alcohol del vino. Ahora toca subir el fuego a tope y añadir las almejas, removiendo suavemente para impregnarlas a todas y tapando la cazuela o sartén para generar vapor en su interior y así conseguir que se abran. Según se abran, apagamos fuego, removemos suavemente y servimos para degustar, “sopeteando” la salsa con un buen pan gallego.