Un aroma es capaz de cambiar el estado de ánimo de la persona que lo percibe y provocar una sensación agradable y relajante o, por el contrario, deprimente, ya que se origina una reacción fisiológica cuando el perfume entra en contacto con el organismo. Ésta es una de las líneas de investigación que se presentó en la decimotercera edición del simposio 'Weurman Flavour Research', que se desarrolla estos días en la capital aragonesa, y que contó con la asistencia de más de 250 investigadores de diferentes países.
Durante cuatro días, los especialistas presentaron las últimas novedades en el campo de la ciencia aromática en este congreso que tiene lugar por primera vez en España, organizado por el Laboratorio del Aroma y la Enología de la Universidad de Zaragoza.
Los aromas pueden influir 'decisivamente' en el estado de ánimo de la persona que los percibe por una 'reacción fisiológica', no psicológica, y provocar que ésta pase de la tristeza a la alegría a través de la inhalación de una molécula con olor, según explicó el profesor emérito de la Universidad de Zaragoza, y fundador del grupo de investigación de este tema, Juan Cacho, quien indicó que algunos olores, como el de la fresa, la vainilla o el del moscatel provocan una sensación 'agradable' al perceptor y consiguen animarlos, mientras que hay otros, como los florales, que son 'sedativos'.
Además de influir en el estado de ánimo, el aroma determina las relaciones sociales, por lo que es importante buscar uno que sea 'agradable' para uno mismo, y especialmente, para su entorno, teniendo en cuenta que un mismo olor puede ser ligeramente diferente dependiendo de la piel de cada persona, señaló Cacho.
Los aromas pueden influir 'decisivamente' en el estado de ánimo de la persona que los percibe por una 'reacción fisiológica', no psicológica, y provocar que ésta pase de la tristeza a la alegría a través de la inhalación de una molécula con olor, según explicó el profesor emérito de la Universidad de Zaragoza, y fundador del grupo de investigación de este tema, Juan Cacho, quien indicó que algunos olores, como el de la fresa, la vainilla o el del moscatel provocan una sensación 'agradable' al perceptor y consiguen animarlos, mientras que hay otros, como los florales, que son 'sedativos'.
Además de influir en el estado de ánimo, el aroma determina las relaciones sociales, por lo que es importante buscar uno que sea 'agradable' para uno mismo, y especialmente, para su entorno, teniendo en cuenta que un mismo olor puede ser ligeramente diferente dependiendo de la piel de cada persona, señaló Cacho.
