GEOLÓGICAMENTE POCO TIEMPO

La base del Teide tardó 40.000 años en formarse

Foto: CEDIDA
Un estudio, coordinado por el investigador español Vicente Soler, ha confirmado que la base del Teide, la caldera de Las Cañadas, se formó como consecuencia de un deslizamiento geológico y que el grueso del relleno del valle se produjo en 40.000 años, una cifra que, a escala geológica, supone un intervalo de tiempo muy corto.

Para llevar a cabo este trabajo, publicado en 'Geomorphology', el equipo de científicos recogió un centenar de muestras para conocer el momento en que se produjo el deslizamiento, hace 180.000 años. Según los resultados, el sistema respondió hace 160.000 años y el nuevo volcán se empezó a formar hace 120.000 años.

Soler ha señalado, a la agencia Sinc, que el deslizamiento produjo 'un hueco' que formó la gran depresión de la caldera y, en la misma zona del archipiélago canario 'creció el volcán del Teide como respuesta geológica'.

Durante las últimas décadas, el origen geológico de esta depresión había sido motivo de controversia científica. Hasta ahora había dos respuestas plausibles al origen de estas depresiones, tanto la de las Cañadas del Teide, como los valles de Güimar y la Orotava.

La primera hipótesis atribuía su formación a un hundimiento posterior a una erupción, que vació la cámara magmática y creó el hueco de la caldera. Después de varias investigaciones, se confirma la segunda hipótesis, que apuntaba a un deslizamiento desde el norte de la isla hacia el mar.

El estudio también ha permitido saber cuánto tardaron los magmas, originalmente basálticos, en evolucionar hacia otro tipo de material. 'La edad de las rocas se ha deducido por la relación de su contenido en potasio y en argón, ya que la cantidad de los dos elementos químicos es proporcional al tiempo transcurrido desde su enfriamiento', ha explicado Soler.

Desde hace 120.000 años, los magmas se han diferenciado hasta conferir las características actuales al entorno del Teide. La máxima diferenciación se encuentra en Montaña Blanca, donde hay piedra pómez de una erupción ocurrida hace 2.000 años.

Pero hay otras rocas típicas de la zona, como las rocas traquitas y las fonolitas, que dejaron de ser basalto cuando se empobrecieron de hierro y ganaron en dióxido de silicio. En este sentido, Soler ha comentado que el análisis geoquímico de las rocas permite conocer el estado del sistema magmático, saber en qué punto se encuentra y cómo evoluciona.

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