El austríaco batió el récord de altura en caída libre tras lanzarse de un globo a 39.000 metros de altitud sobre Nuevo México

Baumgartner ejecuta con éxito su salto al vacío desde la estratosfera

El austríaco batió el récord de altura en caída libre tras lanzarse de un globo a 39.000 metros de altitud sobre Nuevo México
Con el dramatismo de quien arriesga la vida por ampliar nuevos horizontes, el deportista Felix Baumgartner cumplió ayer su sueño de ser el primer hombre supersónico al alcanzar una velocidad máxima de 1.342 kilómetros por hora. También inscribió su nombre en otras dos marcas superadas ayer, arrojarse en caída libre desde el lugar más alto, 39.045 metros, y subir en un globo tripulado al punto más alejado de la tierra, según los datos preliminares de la misión, que deben aún ser ratificados.
En los primeros 40 segundos de caída libre el deportista aceleró hasta los 1.342 kilómetros por hora (Mach 1,24), o lo que es lo mismo, 373 metros por segundo.

Esos primeros segundos fueron dramático, cuando parecía que Baumgartner giraba sobre sí y perdía el control sobre el descenso. 'Durante unos segundos pensé que iba a perder el sentido', confió el deportista de 43 años, en sus primeras declaraciones tras llegar a tierra sano y salvo en paracaídas en la localidad de Roswell, en Estados Unidos. 'Ha sido muy difícil. Estás deshidratado, estás cansado. Ahí arriba es un mundo distinto, el cuerpo reacciona de forma diferente', declaró.


INCERTIDUMBRE

Baumgartner logró controlar tras esos segundos de incertidumbre el descenso y evitó caer en barrena, lo que le podría haber ocasionado una hemorragia cerebral en caso de girar de forma descontrolada.

El deportista no ocultó su alegría al llegar a tierra de una sola pieza cuando felicitó y abrazó a sus padres y su novia, que habían seguido al borde de las lágrimas la aventura, especialmente su madre, Eva, que no pudo evitar llorar. 'A veces tenemos que llegar muy alto para ver lo pequeños que somos', declaró a la prensa poco después el deportista, las mismas palabras que dijo poco antes de iniciar el salto. 'Cuando uno está de pie en la cima del mundo, se es demasiado humilde como para pensar acerca de los récords', agregó.

Poco le importó no haber superado una de las marcas que se propuso romper. Y es que en el descenso total de unos nueve minutos, la caída libre de Baumgartner era de cuatro minutos y 20 segundos, por lo que no batió el récord anterior, de cuatro minutos y 36 segundos.

Esa marca sigue siendo de quien supervisó el salto desde el control central: Joe Kittinger, de 84 años, que se arrojó en 1960 cuando era miembro del ejército norteamericano desde 31.333 metros.

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