Condenado a nueve años de prisión un traficante de drogas de una red con base en Barcelona

La Audiencia de Barcelona ha condenado a nueve años de prisión y a 30.000 euros de multa a un traficante de drogas que hacía de enlace entre Madrid y Barcelona y manipulaba la droga en un local de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), por lo que se le imputaba un delito contra la salud pública y otro por tenencia ilícita de armas.
Según recoge la sentencia, con el condenado -Carlos Arturo C. G., llamado 'Yiyo' que hacía de 'cocinero' y fabricaba la droga distribuida- colaboraba su mujer realizando cobros y entregas de estupefacientes cuando él no estaba.

Por ello, Luz Aida G.P. ha sido condenada a cinco años de prisión y a 30.000 euros de multa por un delito contra la salud pública, junto a otros ocho implicados más que se les ha aplicado la misma pena.

La droga se transportaba de Venezuela -base principal de la red desde donde se ordenaban las operaciones- hasta el aeropuerto de Barajas en avión por 'mulas' no identificadas que luego 'Yiyo' se encargaba de llevar hasta Barcelona.

Desde este laboratorio de L'Hospitalet, 'Yiyo' movía las sustancias a través de un entramado de colaboradores que tenían sus propios clientes y, una vez recaudado el dinero de las ventas se lo entregaba al jefe apodado 'Asu' -que no ha sido localizado-, con transferencias bancarias.


DROGAS Y UN ARMA
En el laboratorio, donde el 'Yiyo' trabajaba con un primo suyo, se halló un arma, además de sustancias y utensilios para el procesado y corte de la droga: productos químicos sólidos y líquidos en recipientes, una báscula, material para el prensado, etc.

Durante el 2008 la policía interceptó a varios de los traficantes que hacían de enlace como Carlos Javier M.H. -ha quedado absuelto- que fue detenido primero en el aeropuerto de Lanzarote con 100.000 euros ocultos en calcetines que llevaba en el bolsillo de su pantalón, y más tarde en Barajas llevando consigo una maleta con 24.000 euros.

En enero de 2009 las autoridades detuvieron al 'cocinero' de drogas y a su mujer gracias por una desconocido que le advertía de que no le volviera a llamar.

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