La conducción segura a partir de una determinada edad siempre ha estado en el foco del debate. Mientras algunos sostienen que llegada una cifra en el carnet de identidad se debería retirar la licencia, otros defienden que son muchos los factores que influyen en la pérdida de capacidades para un buen manejo del volante. En esta segunda posición se sitúa la delegación riojana de la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados, que han lanzado un comunicado tratando de dar respuesta a estas preguntas.
Tal y como indica el presidente del colectivo riojano, Saturnino Álvarez, el tema debemos centrarlo “más que en la edad, en la salud de la persona que quiere seguir conduciendo, por lo que nos parece que debemos enfocar el tema más en la persona que acude a un centro homologado donde en 20, como mucho 30 minutos, realizan primero una valoración psicotécnica para pasar seguidamente por el médico, que realiza a todo conductor el estudio de la audición, su capacidad visual, anamnesis -preguntas que realiza y de sus repuestas se queda con los datos para realizar un diagnóstico- además de la toma de tensión arterial, pulso y en su caso, una auscultación cardio-pulmonar”, explica.
Además, señala que “el médico suele hacer al conductor una serie de preguntas sobre si toma algún tipo de medicamento, que el examinando debe contestar y además lo debe hacer sin mentir, porque si no puede incurrir en un delito de falsedad documental”.
A partir de estas premisas, a los mayores les gustaría que el doctor encargado de la renovación del psicotécnico pudiera entrar “en el historial médico del conductor desde su ordenador o que en la visita de la renovación del carnet de conducir, el aspirante le llevara un informe de salud previo porque el examinando de este tipo de centros puede ocultar sus enfermedades o no decir que ha padecido un ictus, sufre alzhéimer o se encuentra en un estado depresivo grave”.
Mayor descenso
A pesar de que la seguridad de los conductores mayores está siempre en cuestión, en las estadísticas de 2021, “el mayor descenso por franja de edad se produce en el grupo de más de 65 años con un descenso del 25%”, recuerda Álvarez. Por contra, “aumenta la siniestralidad de los jóvenes de 15 a 24 años, de 112 fallecidos en 2019 a 138 en 2021”. En datos absolutos, si bien se produjeron 921 siniestros mortales en los que fallecieron 1.004 personas y otras 3.728 resultaron heridas graves, lo que supone 97 fallecidos menos (un descenso del 9%) que el año 2019 y el segundo mejor año de la serie histórica, solo por detrás de 2020, en el que fallecieron 870 personas, ”pero se trata de una estadística distorsionada por la pandemia”, puntualiza.
Con las estadísticas en la mano, desde UDP insisten en que “una persona mayor cuando se pone al volante suele ser, en general, más precavida porque es consciente de su estado de salud”. En cualquier caso, lanzan una serie de recomendaciones para incrementar la seguridad. Así, “siempre que sea posible, le recomendamos circular en las horas de menor intensidad de tráfico, evitando hacerlo en días de lluvia y zonas poco iluminadas”, además de “controlar la velocidad y aumentar la distancia de seguridad”.
En sus consejos, el colectivo de mayores anima a “no perder la calma a la hora de hacer una maniobra o evitar las distracciones”. En los desplazamientos largos, insisten en la importancia de realizar más paradas de las normales y no olvidarse de “los efectos secundarios de los medicamentos al volante, que nos indican los médicos”. No menos importante es tener en cuenta “que las normas de tráfico evolucionan, por lo que debemos estar al tanto de las mismas, o apuntarnos a los cursos de reciclajes o repaso para personas mayores que las autoescuelas ofrecen”, concluye Saturnino Álvarez.
