El conejo de monte, sin la vacuna que frena su disminución

El conejo de monte se ha quedado sin una vacuna que perseguía frenar la disminución de su población, ya que la Agencia Española de Medicamentos considera que la misma no es viable al no asegurar su transmisiblidad. Así se informó desde la Fundación Biodiversidad (Ministerio de Medio Ambiente), que apoyó el desarrollo de este proyecto científico junto al Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria; la Real Federación Española de Caza, a través de la Fundación para el Estudio y la Defensa de la Caza, y los laboratorios SYVA.
El conejo de monte tiene un papel muy importante en la cadena trófica, ya que es alimento esencial para animales como el lince ibérico o las aves de presa, como el águila imperial, y es vital para la naturaleza por su labor de pastoreo, de dispersión de semillas, generación de abono, y de nichos, con sus madrigueras.

La vacuna desarrollada pretendía atacar las dos enfermedades más epidémicas del conejo, que son la neumonía hemorrágica vírica y la mixomatosis, cuyo agente causal, es muy parecido al virus de la viruela.

Hinchazón de cabeza y genitales, ceguera, pérdida de apetito, apatía, fiebre y la muerte en un plazo de 13 días son los efectos de esta última dolencia, que redujo en dos años de 600 millones a 100 millones el número de conejos en Australia y que acabó en otros dos con el 90% de su población en Francia.

El representante de los laboratorios SYVA, Ángel Llanos, explicó que, no obstante, los ensayos constataron la eficacia y seguridad de esta vacuna recombinante contra las citadas enfermedades de las que no existe en el mercado ninguna vacuna que inmunice a esta especie tan antigua de roedores.

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