La Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición incide en la prevención de la obesidad en escolares

El Congreso deja fuera de los colegios aperitivos y zumos

Puesto de frutas en la Praza de Abastos de Ourense. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
La Comisión de Sanidad dio ayer luz verde en el Congreso a la tramitación de la Ley de Seguridad Alimentaria, que si bien quiere incidir en la prevención de la obesidad y en el sobrepeso en la edad escolar, afecta en realidad a todas las personas. Los datos desgranados por los portavoces parlamentarios no podían ser más elocuentes: el 30% de los niños europeos tenía sobrepeso en el año 2006, más de seis millones de españoles mayores de 18 años tienen problemas de obesidad, y un 37% de los mayores de 18 años tenía sobrepeso en 2008.
Ha sido una ley de consenso en la que se alcanzaron acuerdos para incorporar al texto las distintas sensibilidades políticas y para ofrecer la máxima seguridad al consumidor en los productos que consume en toda la cadena de producción, desde que salen de la granja hasta que llegan a la mesa. Uno de los puntos en los que faltó el consenso fue precisamente el del ámbito escolar. El grupo Popular defendía el mantenimiento de bollos, snacks o zumos al alcance de los niños en los propios centros, a lo que el resto de grupos se opuso. La portavoz del PP, la coruñesa Belén do Campo se mostró contraria a esta prohibición recordando que no existen alimentos buenos ni malos, sino que es necesario tomarlos en su conjunto. 'Todos los alimentos tienen su función dentro de una dieta variada y equilibrada. Y por eso no podemos apoyar esa prohibición hacia ciertos alimentos individuales que no cumplan unos determinados perfiles nutricionales', aseguró.


POCA LEY SOBRE ENVASES

Uno de los grupos más críticos con la ley fue IU, y en concreto su portavoz, Gaspar Llamazares, para quien algunos aspectos dejaban traslucir un interés mayor por contentar a las industrias productoras que a los consumidores. En concreto hizo referencia a la insuficiente legislación en torno a los envases y la migración de sus componentes a los alimentos, el riesgo emergente de los transgénicos, y un control muy laxo sobre los máximos permitidos en grasas, sal y azúcares.

Finalmente, tomó la palabra el ponente de la ley y portavoz del grupo socialista, Alberto Fidalgo, quien recibió elogios del resto de los grupos por la voluntad de alcanzar acuerdos en la tramitación del proyecto de ley. Fidalgo destacó que esta ley ponía fin a la dispersión normativa y unificaba la legislación sobre alimentos existente hasta la fecha. Además, incidió en el desarrollo de hábitos saludables en el ámbito de los centros educativos.

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