Cura casado espera Estrasburgo considere su despido estuvo basado en mentira

El sacerdote casado José Antonio Fernández Martínez acude en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos a la vista sobre su despido en 1997 como profesor de Religión en un instituto de Murcia.
El exsacerdote José Antonio Fernández Martínez, que ha llevado ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo su despido como profesor de religión en 1997 porque estaba casado, ha confiado hoy en que el alto tribunal reconozca que aquello fue 'injusto' y además basado en 'la mentira' de que se había posicionado en contra de la doctrina católica.

Fernández, que se casó en 1985 tras pedir una dispensa del sacerdocio un año antes, trabajó como profesor de religión entre 1991 y 1997, año éste en que la Conferencia Episcopal no le renovó el contrato laboral sin aviso previo, coincidiendo con la publicación en la prensa de su fotografía con su mujer e hijos en una reunión del Movimiento Pro Celibato Opcional, al que pertenece.

Según ha explicado a EFE en una entrevista, el excura, que hoy tiene 73 años y cinco hijos, acudió al colegio donde trabajaba el primer día de curso para descubrir en ese mismo momento que en el centro ya había otra profesora para impartir su asignatura.

Fernández tuvo que esperar varias semanas, con el curso ya iniciado, para recibir una nota del obispado de Cartagena en la que se justificaba su despido 'por respeto a la sensibilidad de los padres', que podían 'sentirse contrariados por saber que un cura casado daba clase a sus hijos'.

Para el exsacerdote, esta explicación fue 'una hipocresía': 'Desde que empecé a trabajar de profesor, los alumnos y sus padres me conocían como cura casado y me trataban como tal', asegura.

Fernández llevó el despido a juicio por primera vez en 2000, y la Sala Tercera de lo Social de Murcia consideró que la rescisión del contrato había sido injusta y por motivos ideológicos.

El caso pasó después por el Tribunal Superior de Justicia de Murcia y, más tarde, por el Constitucional. En estos tribunales, asegura Fernández, 'un caso que empezó por ser cura casado comenzó a enredarse con otros temas', como la pertenencia del ex sacerdote al Movimiento Pro Celibato Opcional y la publicación en prensa de la citada fotografía.

Para el sacerdote, estos tribunales consideraron que el despido era procedente basándose en 'una mentira': 'Alegaron que con aquella foto yo estaba haciendo publicidad de mi condición de cura casado, cosa que es falsa, porque yo me enteré de su publicación días después, cuando me lo dijo un alumno'.

Además, se presentó al Movimiento Pro Celibato Opcional como una corriente contraria a la Iglesia, algo que Fernández no comparte. Según explica, esta organización es 'una más dentro de la Iglesia, como hay otras que puede que agraden más a la jerarquía, como el Opus Dei, los kikos o las comunidades de base'.

Ahora, el ex cura espera que el Tribunal de Estrasburgo 'retome el caso como fue en su inicio, por un despido injusto por motivos ideológicos, algo que vulnera los derechos humanos', y demuestre que 'es falso' que él criticó públicamente a la Iglesia o hizo publicidad de su condición de cura casado.

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