'La Dama de Hierro' reabre el debate sobre el legado de Margaret Thatcher

Nadie desata tantas pasiones en Reino Unido como la primera mujer que ocupó el 10 de Downing Street. Su biografía cinematográfica, 'The Iron Lady' ('La Dama de Hierro'), que ha rodado Phyllida Lloy, reavivó el debate sobre su legado con ocasión del estreno de la película esta semana.
La interpretación de Meryl Streep como la exprimera ministra Margaret Thatcher provoca poca controversia o discusión. La consagrada actriz ha recibido grandes elogios tras meterse en los gestos, en la figura y en la época de la política inglesa, pero no así en el propio personaje. Problemas como el elevado desempleo, los recortes de gastos y tensiones con Europa o el descontento sindical fueron los rasgos que caracterizaron el mandato de Thatcher y que ahora, de nuevo, vuelven a sufrir los británicos. Con el estreno de la película, que repasa sus años en el poder, los recuerdos y la polémica sobre su persona han vuelto a surgir.

'De lo que me di cuenta cuando rodé la película es de cuán intensos son los sentimientos de ambos lados. La gente quiere mantenerla como un icono o que se la vea como un monstruo', dijo Meryl Streep.

La estatua de bronce de Thatcher, con su característico traje y estilo de peinado, es claramente visible entre las del resto de exprimeros ministros, todos hombres, en el ornamentado vestíbulo adjunto a la cámara de debates del parlamento británico. Sin embargo, incluso el potencial de Thatcher como modelo para las mujeres ambiciosas es tremendamente discutido, dado que se rodeó de hombres toda su carrera e hizo poco por ayudar a que otras mujeres rompieran la barrera.

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