Este martes se celebra el Día Mundial sin Tabaco. El consumo de tabaco está considerado por la Organización Mundial de la Salud como "una de las mayores amenazas a la salud pública que ha tenido que afrontar el mundo". Y no es para menos, a la luz de los datos que aporta la institución.
Alrededor de 1.300 millones de personas en todo el mundo fuman, según las estimaciones de la OMS. Y de estos 1.300 millones de personas, al año mueren unos 8 millones; 7 millones por fumar de manera directa, causando con ello la muerte de más de otro millón debido al humo. De hecho, los cigarrillos matan a la mitad de quienes los consumen.
Para hacerse una idea de lo que significan estas cifras, la II Guerra Mundial duró casi seis años y causó unos 50 millones de muertos. Prácticamente los mismos fallecimientos que provocaría el consumo de tabaco en el mismo periodo de tiempo.
En España, fuman aproximadamente el 23% de los hombres y el 16% de las mujeres, según la Encuesta Europea de Salud de 2020. El tabaco causa en nuestro país 60.000 muertes anuales.
Profundo daño medioambiental
Por si no fuera poco, el tabaco envenena nuestro planeta. Este es el eslogan que ha escogido la OMS para su campaña de este Día Mundial sin Tabaco, que aporta datos demoledores sobre cómo el proceso industrial de cultivo y procesado de tabaco afecta al medio ambiente.
Para fabricar cigarrillos, en el mundo se cortan unos 600 millones de árboles y se gastan 22.000 millones de litros de agua. Además, anualmente se emiten 84 millones de toneladas de CO2 a la atmósferaa.
Riesgo de contraer patologías
El bucle del fumador a veces parece infinito. Coger un cigarro, encenderlo, acabarlo y vuelta empezar. Porque la nicotina es una sustancia extremadamente adictiva, y no hace falta que lo confirme la Organización Mundial de la Salud para darse cuenta de ello. Según explica la institución, tan solo el 4% de los fumadores que intentan dejarlo lo consigue sin ayuda.
El consumo de tabaco puede llevar a contraer dolencias como el cáncer de pulmón, laringe, bucofaríngeo o renal. Pero la lista que aparece en el portal del Plan Nacional sobre Drogas es larga. Quien fuma se arriesga a padecer bronquitis crónica, enfisema pulmonar, hipertensión, cardiopatías, úlceras gastrointestinales, gastritis crónica o impotencia sexual. La mayoría de ellas, potencialmente mortales.
Y si quien piensa en librarse de las cadenas del tabaco baraja la opción de dispositivos como los cigarrillos electrónicos, se equivoca. La OMS detalla que este tipo de aparatos también incrementan el riesgo de padecer enfermedades en corazón y pulmones; y que usarlos conlleva riesgos para el crecimiento del feto en las mujeres embarazadas, del mismo modo que el tabaco tradicional.
