¿Cómo desconectar durante las vacaciones? Todo un arte

Una mujer se relaja y descansa en una piscina (FOTO: PIXABAY).
photo_camera Lograr desconectar completamente del trabajo es un arte. (FOTO: PIXABAY).
Te contamos algunos consejos para que puedas aprovechar al máximo tus vacaciones y desconectar realmente. ¡Renueva tus energías!

Llegan las ansiadas vacaciones, las que seguro que has estado planeando durante los últimos meses. Una oportunidad para resetear la mente, conocer lugares nuevos y disfrutar de un merecido descanso. Y al mismo tiempo, para muchas personas, una fuente de inquietud: ¿nos seguirá el trabajo, escondido en la maleta, para aguarnos la fiesta cuando menos lo esperemos?

Con la línea entre trabajo y ocio más difusa que nunca debido al teletrabajo, y la expectativa, cada vez mayor, de tener que estar disponibles a todas horas -gracias, Whatsapp corporativo-, desconectar durante las vacaciones se convierte en un desafío. ¿Cómo superarlo?

Consejos para desconectar del trabajo en vacaciones

  1. No generar dependencias. Sabes ese momento de debilidad en el que dices a tus compañeros, "bueno, y si necesitáis algo o tenéis cualquier duda, me llamáis". Pues lo harán. Prueba a sustituirlo por lo siguiente: "No estoy disponible, cualquier problema, arregladlo como mejor os parezca, lo haréis muy bien". Eso si, asegúrate de dejar en lo que puedas el trabajo organizado, para que los demás puedan consultarlo, en lugar de llamarte a ti.
  2. No estar disponible. Claro que siempre hay gente a la que le cuesta entender las indirectas. Es normal. Pónselo fácil. Déjate el móvil del trabajo en la oficina, desinstala el Whatsapp Business, el correo corporativo fuera del móvil, lo que sea necesario. Bloquea el número de la oficina. Y desde luego, no llames tú.
  3. Si te llevas el trabajo a casa, guárdalo bajo llave. Si teletrabajas, o realizas parte de tu trabajo desde casa, sácalo fuera de la vista. Guarda el portátil en un cajón, los documentos en archivadores, cierra el taller con llave, la ropa de oficina en la parte más oscura del armario. Si te vas a quedar en casa parte de tus vacaciones, mantén las tentaciones "workaholicas" fuera de la vista.
  4. Es normal que te preocupe tu trabajo si sientes que eres imprescindible para tu empresa. Para quitárselo de la cabeza, hay quien propone meditación, mindfulness... todas formas muy válidas de apagar ese ruido en tu mente. Si no te funcionan, haz una reflexión simple que a lo mejor te sirve. Piensa: ¿Qué pasaría en mi empresa si tengo un accidente y me quedo en coma unos meses? De alguna manera saldrían adelante. Pues confía en que, en los pocos días que tienes para disfrutar de tu derecho al descanso, también podrán salir a flote.
  5. Olvídate del reloj, y del despertador. El sol es tu amigo para despertarte, y el ruido que sale de tus tripas, para saber cuándo toca comer. Las demás funciones vitales y sociales, cuando apetezcan. No es mala receta para disfrutar de las vacaciones.
    Una familia pasea por la playa (FOTO: PIXABAY).
    Una familia pasea por la playa (FOTO: PIXABAY).
  6. Realiza alguna actividad física. Aunque parezca lo contrario, nuestro cuerpo no ha evolucionado durante miles de años para mirar una pantalla y pulsar botoncitos con los dedos. No es necesario irse a extremos, pero cualquier actividad que haga trabajar nuestros pulmones, nuestro corazón y nuestros grandes músculos contribuirá a que nuestro cuerpo se sienta mejor. A la vuelta, incluso nos verán rejuvenecidos. Y la actividad física, desde un simple paseo hasta el simple trabajo en el campo, consigue introducirnos en un modo mental, similar a la meditación, que nos hace olvidarnos de preocupaciones pasadas y futuras.

Cómo retornar al trabajo sin perder el relax de las vacaciones

¿Y la vuelta? ¿Cómo enfrentarse al temido stress posvacacional? La palabra clave en este caso es "progresivo". En un mundo ideal, tanto la vuelta de tu viaje, como los primeros días de trabajo tras las pausa estival deberían hacerse poco a poco.

Intenta no volverte de tu retiro espiritual la tarde anterior a empezar a trabajar. Sólo con organizar tu ropa, la sucia de las maletas y la que necesitas para el trabajo, ya te consumirá buena parte de tus energías. Añade planificar comidas, pensar en los temas que han quedado pendientes, los recados, ordenar la casa... Y eso si no pillas un atasco de operación retorno que te haga llegar por la noche. Mejor volver un día antes, o dos si es posible, para volver a retomar el ritmo de estar en casa.

Puede pasar que al llegar a tu puesto de trabajo te encuentres una pila de asuntos sin resolver. No te agobies, probablemente algunos de esos asuntos ya no sean importantes, o se hayan resuelto todos. Los que no, pasito a pasito, clasifícalos por urgencia o importancia y no intentes dejarlo todo resuelto el primer día.

Intenta conservar alguna de las buenas costumbres de las vacaciones durante todo el tiempo que puedas al volver. Sal a dar ese paseo diario. Cena con tu pareja a la luz de las velas. Sigue haciendo alguna actividad con tus hijos. Intenta que el trabajo no te absorba de golpe, crea tus momentos de cuidado personal de la misma forma que planificas tus reuniones.

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