El proyecto de granja urbana de una emprendedora de EEUU, reconocido desde Naciones Unidas

Don Bugito, una apuesta por los menús a base de insectos

Uno de los postres que se sirven en el menú de Don Bugito, adornado con insectos.
Bien sea por su mala imagen, por los remilgos sociales o por simple falta de costumbre, los insectos y la gastronomía occidental nunca han hecho buenas migas, una ausencia de maridaje que quiere subsanar la mexicana Mónica Martínez con su ambicioso proyecto culinario Don Bugito.
Desde hace dos años, Martínez está tratando de poner en marcha en San Francisco un negocio en el que los invertebrados reclaman su lugar en el plato como ingrediente clave de tacos, ceviches, ensaladas o helados. Su concepto de granja urbana y su proyecto de negocio llamaron la atención de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), algo que es una satisfacción personal para Mónica Martínez, convertida ya en una defensora de la riqueza del insecto.

'Los insectos comestibles tienen futuro como alimento', aseguró Martínez en una entrevista realizada en la sede de La Cocina, una organización dedicada a apoyar a mujeres inmigrantes y de comunidades minoritarias para que creen su propia empresa de restauración.

'Inicialmente mi proyecto era arquitectónico. La idea principal era crear una estructura para hacer granjas urbanas con el fin de producir alimento con muy poco espacio, métodos sostenibles y ecológicos', contó Martínez. Su obra terminó siendo expuesta en 2010 en la galería EyeLevel BQE de Nueva York y para promocionarla invitó a chefs para que preparan un menú con sus insectos, unas larvas de coleóptero (tenebrio molitor) denominadas popularmente gusano de la harina. La cena fue muy bien recibida y le abrió los ojos.


DESDE LA CALLE

Don Bugito debutó en agosto de 2011 con un puesto en la calle en un festival de comida de San Francisco donde la curiosidad por el exotismo de los insectos superó el posible rechazo inicial del público y se convirtió en toda una referencia. 'Fue un éxito total, no me lo esperaba. Vendimos toda la comida', explicó Martínez que decidió entonces desarrollar un modelo de negocio a largo plazo con el primer objetivo de sacar adelante un negocio de carrito de comida callejera que intentó financiar a través de donativos por internet en la página web Kickstarter, aunque finalmente no logró llevar adelante su proyecto por falta de fondos.'Voy a hacer varias cenas para recaudar fondos y voy a volver a intentarlo en Kickstarter en unos meses', afirmó Martínez que indicó que existen inversores interesados en desarrollar Don Bugito. 'No quiero aceptar un inversor ahorita. Hay muchas personas que están interesadas en abrir su propio negocio y seguir esta idea de insectos comestibles', manifestó.

Una vez consiga echar a rodar el carrito de Don Bugito, Martínez quiere empezar a vender insectos comestibles empaquetados y tratar de abrir el mercado en otros países, así como hacer talleres de formación sobre las propiedades alimenticias de los invertebrados, que considera altamente nutritivos y mucho menos contaminantes y caros de mantener que el ganado.

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