ESTUDIO UNIVERSITARIO

Los españoles aplican el ‘doble 
rasero' frente a los corruptos

photo_camera El extesorero del PP, Luis Bárcenas, protagonista de uno de los casos más recientes y polémicos.

Los españoles suelen juzgar los diferentes casos de corrupción según sus simpatías políticas. 

Filesa, Pallerols, Palau, Bárcenas, Gürtel... ¿Por qué los repetidos casos de corrupción que salpican a muchos partidos no se traducen en castigos electorales? Un estudio de la UAB demuestra que los simpatizantes de las formaciones políticas aplican un doble rasero a la hora de tolerar estas actuaciones.

El profesor de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Jordi Muñoz explicó ayer que el resultado de la investigación, elaborada a través de una encuesta a 2.000 españoles, indica que los ciudadanos usan habitualmente una doble vara para medir los casos de corrupción en función de sus simpatías políticas.

En la investigación, en la que también participa la politóloga del CSIC Aina Gallego y la profesora Eva Anduiza, los autores se inventaron una noticia sobre un caso de corrupción, inspirada en un caso real, de un alcalde que había favorecido a unos familiares para colocarlos en su ayuntamiento con empleos diversos. "Preguntamos a los ciudadanos que valoraran la gravedad del caso de corrupción, un caso bastante estándar, y variábamos la filiación política del alcalde aleatoriamente de forma que a veces coincidía con la simpatía del encuestado y otras no", explicó Muñoz.

Antes de preguntarles por su impresión del caso, la encuesta preguntaba a los interlocutores sobre sus simpatías políticas, y así pudieron "comparar las respuestas ante el mismo caso cambiando al alcalde de partido". "Las respuestas fueron diferentes si el encuestado simpatizaba con el mismo partido del alcalde, si era de otro partido, o si no tenía preferencias", explicó el profesor de Ciencias Políticas.

Grados de tolerancia

El estudio, cuyo resultado publica la revista "Comparative Political Studies", estudió la tolerancia ante los casos de corrupción de los que decían simpatizar con el PP, PSOE o no tener ninguna simpatía política. Por eso, de las 2.000 encuestas se descartaron 400 que afirmaron votar a otros partidos y "porque, por ejemplo, un simpatizante de IU no es tan rival para uno del PSOE como lo es uno del PP".

El resultado fue que "los ciudadanos perciben la gravedad del mismo caso en función de si está protagonizado por su partido preferido o por otro", explicó Muñoz. "Los que se declaran simpatizantes del PSOE lo ven menos grave si el caso está protagonizado por el alcalde socialista que si es del PP, y los del PP menos grave si es popular, pero los del partido conservador se muestran más tolerantes con el caso si el alcalde es de otro partido diferente a PSOE y PP", ha afirmado Muñoz.

El estudio demostró que el doble rasero a la hora de juzgar la corrupción disminuía a medida que los encuestados tenían una mayor formación política. "Esta doble vara de medir es mayor entre la gente que tiene menos sofisticación política. A medida que están más informados políticamente crece su intolerancia a la corrupción y es igual de intolerante si es de los suyos como si es de los otros. El doble rasero es más evidente en las personas menos formadas", concluyen los investigadores.n

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