En las deterioradas zonas mineras de León se plantaron 18.000 árboles

Frutales para mejorar el hábitat del oso pardo

Un ejemplar de oso pardo, en un bosque de León.
Los frutos de 18.000 plantados en el Alto Sil (León), ancestral comarca minera y hoy espacio natural degradado, forman el 'menú principal' de un proyecto pionero para restaurar el hábitat del oso pardo, el animal más grande de la fauna ibérica en peligro de extinción.
La comarca minera muestra actualmente la evolución de los plantones sembrados durante el invierno pasado con los que se pretende alimentar durante el estío, cuando la comida más escasea, a unos 180 ejemplares de oso pardo de la población occidental cantábrica, la mas prolífica en plantígrados. En un acto celebrado ayer en la comarca leonesa de Villablino se presentó el proyecto pionero 'Mejora del Hábitat Osero en Entornos Mineros Degradados', promovido por la Fundación Banco de Santander y la Fundación Oso Pardo (FOP) para la reparación del hábitat alimenticio y reproductor del oso pardo.

El objetivo del proyecto, financiado por la Fundación Banco Santander con 110.000 euros, es la mejora del hábitat osero creando puntos de alimentación naturales adecuadamente repartidos por el territorio. El director de la Fundación Banco Santander, Borja Baselga, ha destacado que el proyecto, además, busca conectar el corredor natural que existe entre las dos poblaciones oseras, zona cantábrica oriental y zona cantábrica occidental para favorecer la expansión del oso a lo largo de toda la cornisa cantábrica.

La siembra, de forma manual, corrió a cargo de diez jóvenes desempleados de la comarca que durante los meses de invierno plantaron variados tipos de frutales, como el cerezo, manzano y mostajo, elegidos por su carácter autóctono y por el papel que desempeñan como fuente altamente nutritiva para el oso pardo.


EN LEÓN, ASTURIAS O GALICIA

La subpoblación osera occidental, que se distribuye por 2.800 km2 y es la más importante en cuanto a números de individuos, se extiende por los monte del Alto Sil, Asturias y en ocasiones Lugo; la oriental abarca Cantabria, montaña palentina y montaña oriental leonesa y cuenta con una menor presencia de este animal. Ambas poblaciones oseras, separadas geográficamente, tienen también característica genéticas diferenciadas, aunque existe un incipiente y reducido intercambio demográfico que potencia la variabilidad genética.

El Alto Sil es una de las áreas con una mayor riqueza natural de la península y está catalogado como Zona de Especial Protección para las Aves y Lugar de Interés Comuniario, las dos figuras de protección previstas en la red europea Natura 2000, y es además un lugar donde se desarrollan proyectos Life+ financiados por la Unión Europea.

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