Un grrupo de expertos en psicología y sociología consideró ayer que los ciudadanos gallegos pueden, en términos generales, encajar y sobreponerse mejor a las adversidades y al dolor, debido en parte a que se trata de una cultura tradicional y porque tienen más vínculos con sus raíces vitales.
De esta forma, consideran que los ciudadanos gallegos pueden llegar a asumir mejor determinados hechos luctuosos como los ocurridos en esta Comunidad en los últimos meses y que la han llevado a ser portada de los medios. Es el caso del accidente ferroviario con decenas de víctimas mortales, el crimen de la niña Asunta Basterra Porto, o los efectos del último temporal por citar los más destacados. 'La mayor cercanía ante los elementos más vitales te hace más fuerte frente a este tipo de desgastes', afirmó el sociólogo Juan Luis Pintos, que indicó que 'yo diría que en Galicia estamos más cerca de los elementos primarios y de los importantes desde el punto de vista vital. Todavía no estamos desarraigados y carecemos del principio de anonimato propio de las ciudades'.
Según este sociólogo de la Universidad de Santiago, 'en Galicia estamos en una situación en la que existe mayor cercanía a los elementos básicos de la vida, que son fundamentalmente los familiares o el paisaje'. Como una forma de avalar este planteamiento se preguntó, '¿por qué la gente se va a pasear a la orilla del mar con olas de nueve metros?, pues porque le gusta; otro ciudadano huye del peligro, está más separado de los recursos que tienen que ver con las cercanías vitales'.
CUESTIÓN DE CARÁCTER
Indicó que 'el carácter gallego es más resistente, tiene una capacidad mayor de resistencia. Habitar en ciudades debilita las capacidades de resistencia frente a fenómenos naturales, se vive en hábitats cerrados al margen de lo que sucede fuera'. Esta circunstancia, según Juan Luis Pintos, 'hace a la gente más inmune y también más débil; la mayor cercanía ante los elementos más vitales te hace más fuerte frente a este tipo de desgastes'.
En una línea similar se pronunció el antropólogo Marcial Gondar, quien opinó que las culturas tradicionales como es el caso de la gallega 'gestionan' mejor las tensiones que provoca la muerte. Según este catedrático, no es que a los gallegos les afecten menos las adversidades pero sí tienen mecanismos para sobrellevar el dolor. 'Una cultura como la gallega y otras tradicionales sí tienen una serie de armas y elementos con que gestionar la angustia y el dolor', que desde el punto de vista sociológico y antropológico pueden pasar por técnicas de disolución de la tensión, aspectos explicativos o sistemas valorativos, entre otros.
'Primero hay que aceptarlo. Las culturas tradicionales consideran la muerte un hecho doloroso pero normal. Las culturas modernas tratan de ocultarlo; hoy empezamos por expulsar al muerto de casa al tanatorio'.
'En las culturas modernas -prosiguió Gondar- la gente piensa 'arréglatelas como puedas', en cambio en otra más tradicional la propia cultura te va dando normas y pautas, a través de las costumbres y de lo que hace todo el mundo'.
'Ahora, señala el experto, convertimos la muerte en un tema privado y en el que cada uno tiene que arreglárselas como puede, cuando antes la muerte era sobre todo un hecho social', puntualizó.
Según este sociólogo de la Universidad de Santiago, 'en Galicia estamos en una situación en la que existe mayor cercanía a los elementos básicos de la vida, que son fundamentalmente los familiares o el paisaje'. Como una forma de avalar este planteamiento se preguntó, '¿por qué la gente se va a pasear a la orilla del mar con olas de nueve metros?, pues porque le gusta; otro ciudadano huye del peligro, está más separado de los recursos que tienen que ver con las cercanías vitales'.
CUESTIÓN DE CARÁCTER
Indicó que 'el carácter gallego es más resistente, tiene una capacidad mayor de resistencia. Habitar en ciudades debilita las capacidades de resistencia frente a fenómenos naturales, se vive en hábitats cerrados al margen de lo que sucede fuera'. Esta circunstancia, según Juan Luis Pintos, 'hace a la gente más inmune y también más débil; la mayor cercanía ante los elementos más vitales te hace más fuerte frente a este tipo de desgastes'.
En una línea similar se pronunció el antropólogo Marcial Gondar, quien opinó que las culturas tradicionales como es el caso de la gallega 'gestionan' mejor las tensiones que provoca la muerte. Según este catedrático, no es que a los gallegos les afecten menos las adversidades pero sí tienen mecanismos para sobrellevar el dolor. 'Una cultura como la gallega y otras tradicionales sí tienen una serie de armas y elementos con que gestionar la angustia y el dolor', que desde el punto de vista sociológico y antropológico pueden pasar por técnicas de disolución de la tensión, aspectos explicativos o sistemas valorativos, entre otros.
'Primero hay que aceptarlo. Las culturas tradicionales consideran la muerte un hecho doloroso pero normal. Las culturas modernas tratan de ocultarlo; hoy empezamos por expulsar al muerto de casa al tanatorio'.
'En las culturas modernas -prosiguió Gondar- la gente piensa 'arréglatelas como puedas', en cambio en otra más tradicional la propia cultura te va dando normas y pautas, a través de las costumbres y de lo que hace todo el mundo'.
'Ahora, señala el experto, convertimos la muerte en un tema privado y en el que cada uno tiene que arreglárselas como puede, cuando antes la muerte era sobre todo un hecho social', puntualizó.
