Papeles del rock

Ha nacido una estrella (pero no en Belén)

Fotograma de la película “Ha nacido una estrella”, intepretada por Kris Kristofferson y Barbara Streisand.
photo_camera Fotograma de la película “Ha nacido una estrella”, intepretada por Kris Kristofferson y Barbara Streisand.
La fama y el éxito en el rock es aquí percibida como una sensación adictiva, malévola y engañosa que ciega a las personas con talento

En la Navidad de 1977, todas las pantallas cinematográficas del planeta exhibían una de las películas más multimillonarias de la historia del cine, la primera verdadera película de la saga de “La Guerra de Las Galaxias”, al igual que durante el verano de 1975 el “Tiburón” de Steven Spielberg aterrorizaba a toda América. Los dos éxitos de recaudación más multimillonarios de toda la historia del cine. Justo un año antes, hace ahora 45 años, uno de los éxitos de taquilla de la Navidad de 1976 fue la versión, por primera vez adaptada al mundo de la música y más específicamente al rock, de un clásico del Hollywood de los años 30, “A Star Is Born”, o como se estrenó en España, “Ha nacido una estrella”, que conoció una segunda versión en 1954 dirigida por George Cukor y protagonizada por Judy Garland.

La versión de “Ha nacido una estrella” que hoy nos ocupa es una película realmente singular; manteniendo el esquema argumental básico de las dos películas antecedentes, narra la historia de John Norman Howard, una estrella de rock interpretada por Kris Kristofferson que en cierta manera, se interpretaba a sí mismo –Kristofferson atravesó épocas muy conflictivas a causa de su alcoholismo- dando vida a un personaje muy característico del rock de mediados de los 70: una “Rock Star” que vive fuera de la realidad, desmotivado, infeliz, hostil al mundo que le rodea y aislado por un manager -¡genial Gary Busey en esa interpretación merecedora de un Oscar!- manipulador, cínico y al que solo le preocupa sacarle la mayor cantidad de dinero posible y mantenerle activo a base de cocaína.

Howard atraviesa en el comienzo de la película un momento de decadencia absoluta, se entrega a los excesos del estrellato, llega horas tarde al show haciendo actuaciones horrorosas, abucheado por el público, yéndose del escenario tras insultar a la audiencia… deliberadamente o no, haciendo un certero retrato no solo de cómo era Kris Kristofferson, sino muchos de los grandes del rock de estadios de los 70 -¿recuerdan “Rocket Man” de Elton John?- contra los que el punk rock se rebeló en el 77.

Aunque de manera muy sutil y en esto reside gran parte de la excelente interpretación de Kris Kristofferson más allá de la autoparodia, subyace en su tristeza interior, sus silencios y sus miradas que es consciente de que su fama y su prestigio se están desmoronando, que se está autodestruyendo, pero que no es capaz de salir, e incluso ni siquiera sabe si quiere o no salir de esa espiral de autodestrucción. La fama y el éxito en el rock es aquí percibida como una sensación adictiva, malévola y engañosa que ciega a las personas con talento antes de ponerlas en un camino inexorable cuyo final pueden ver claramente a lo largo, pero del que parece que no pueden salir.

Su vida cambia cuando conoce a Esther Hoffman, una cantautora sencilla pero llena de talento a la que descubre por casualidad al entrar en un bar musical después de haber arruinado otra de sus actuaciones. Esther es interpretada por Barbara Streisand, y es tan diferente a las mujeres con las que el protagonista pasa el tiempo fugazmente que queda fascinado de inmediato, tanto por su calidad como cantautora como por su negativa a dejarse deslumbrar por la gran estrella de rock que fue unos años antes. Ella será todo un revulsivo en su caótica vida y él tratará de hacer de ella una estrella en la música, aunque el final de la historia… bueno, aunque seguramente la saben o se la imaginan, no seré yo quien se la destripe.

“Ha nacido una estrella” es una película que aunque en el fondo narra con un alto grado de amargura y desesperanza una historia triste, tiene mucho sentido del humor y posee algunas secuencias, sobre todo en la primera parte de la película, antes de que la pareja protagonista se conozca, de auténtica carcajada. El desprecio con el que Brian, su manager le trata y los impagables diálogos entre ambos son magníficos, así como la disparatada secuencia en la que cuando una supuesta gran estrella de la radio rock, Bebé Jesús, sobrevuela su casa en helicóptero con una unidad móvil de la radio para entrevistarle, John empieza a dispararle con una escopeta. No menos hilarante resulta la escena en la que el músico trata de disculparse y hacer las paces con Bebé Jesús llevándole una caja de botellas de Jack Daniels a la radio y su furiosa reacción cuando el DJ rechaza el regalo y le ataca ante el micrófono.

Musicalmente, el peso de la película cae mucho más sobre Barbara Streisand que sobre Kris Kristofferson, y de hecho el tema estrella de la banda sonora original será con los años uno de los singles de más éxito de la cantante, “Evergreen (Love Theme from A Star Is Born)”. Pero si bien los números musicales y las poderosas actuaciones en el escenario de Streisand en esta película son impresionantes, en su papel realmente no atrapa a Esther Hoffman. Como actriz, en esta película no está a la altura de Kristofferson y parece en ocasiones el mismo personaje que interpretó en la comedia de 1972 “¿Qué me pasa, doctor?”. Aparece excéntrica y divertida, pero no lo suficientemente divertida ni lo suficientemente dura como para ser ese revulsivo que el protagonista necesita en ese momento de su vida.

“Ha nacido una estrella” recaudó en Estados Unidos durante la Navidad de 1976 y los primeros meses de 1977 un total de 80 millones de dólares, a pesar de que la crítica no fue en modo alguno generosa con la cinta y algunas reseñas fueron auténticos dardos envenenados, en especial contra su director, Frank Pierson.

A pesar de ello, cuando se vuelve a ver “Ha nacido una estrella”, agrada y reconforta comprobar que aun conserva un brillo glorioso, una estética y un estilo de los 70 muy logrados, así como una muy buena banda sonora y un desarrollo argumental al que quizá le sobren algunas redundancias que le restan ritmo, pero que en general hace la historia entretenida y con momentos tanto cómicos como dramáticos muy buenos. Muy recomendable para disfrutar en estos días de Navidad o para despedir este 2021 que ya consume sus últimos días.

Eso sí, háganse un favor: ni por asomo se les ocurra perder el tiempo o el dinero en el insufrible bodrio de cuarta versión de esta historia que perpetraron en 2018 Lady Gaga y Bradley Cooper, que tuve que soportar en su día por motivos profesionales y que es infumable. Hay películas –o intentos de película- que deberían estar tipificadas como delito en el código penal.

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