Holanda obliga a los coffeeshops a cerrar la puerta a extranjeros

El turismo de la droga tiene sus días contados en Holanda, donde el martes entra en vigor la ley que limita la venta de marihuana en los 'coffeeshops' del sur del país a los residentes, una medida que ha puesto en pie de guerra a estos establecimientos.
Las tres provincias que colindan con Alemania y Bélgica (Brabante, Limburgo y Zeelandia) son las pioneras en aplicar una ley que se extenderá al resto del país en 2013, un simbólico primer paso que sienta las bases de la muralla con la que Holanda pretende proteger el consumo de la marihuana de los extranjeros.

Para ello, la ley obliga a los 'coffeeshops' a convertirse en clubes privados con un máximo de 2.000 socios, que deberán demostrar que son residentes legales en Holanda.

La conocida como 'Ley del Opio' legalizó en 1976 la venta del cannabis en los 'coffeeshops' holandeses, de manera que se controlaba su circulación y se separaba de las drogas duras, como la cocaína o la heroína.

El viernes, los 'coffeeshops' sufrieron un nuevo revés, al ser rechazado el recurso que habían puesto en los tribunales contra la aplicación de una norma que consideran discriminatoria.

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