Estas ciruelas son una variedad de albaricoque y son originarias de Japón.
Se recogen, se secan y se fermentan con sal y hojas de shiso durante meses.
A nivel nutricional aportan proteínas, calcio, hierro, fósforo y potasio.
Son buenas para combatir la acidez, para el hígado y favorecen el tránsito intestinal. También estimulan el apetito, mejoran los niveles de colesterol, tienen efecto antioxidante y antiinflamatorio, para combatir náuseas y regular la tensión arterial.
Curiosidad...
En Japón y otras zonas de Asia se consume como alimento medicinal.