Un 91,5 por ciento de los españoles consume pan fresco durante sus comidas, siendo las barras convencionales las preferidas por los consumidores en un 67 por ciento de los casos, según se desprende de un estudio realizado por la consultora Sigma Dos para la compañía Gb Plange.
En cualquier caso, casi la mitad de los encuestados (49%) afirma que la calidad del pan fresco -el que se consume dentro de las 24 horas posteriores a su cocción- ha disminuido. Según el estudio, las cualidades más valoradas y buscadas por los consumidores de este producto son la textura crujiente, el proceso artesanal de su elaboración y los ingredientes de calidad.
En la misma línea, el estudio demuestra que un 70 por ciento de los consumidores estaría dispuesto a pagar más por este producto, siempre que su calidad aumentara.
El documento también constata un descenso en el volumen de consumo de pan fresco ya que en la actualidad cada español consume una media de 48 kilos de este alimento al año mientras que hace tres décadas la cifra alcanzaba los 67 kilos por individuo.
Según datos publicados por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, entre 1992 y hasta 1996, el consumo de pan fresco se incrementó de 55 a 58 kilos al año por habitante. Sin embargo, desde 2006 hasta la actualidad, la tendencia se ha invertido ya que se ha producido un descenso de siete kilos anuales por habitante.
En la misma línea, el estudio demuestra que un 70 por ciento de los consumidores estaría dispuesto a pagar más por este producto, siempre que su calidad aumentara.
El documento también constata un descenso en el volumen de consumo de pan fresco ya que en la actualidad cada español consume una media de 48 kilos de este alimento al año mientras que hace tres décadas la cifra alcanzaba los 67 kilos por individuo.
Según datos publicados por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, entre 1992 y hasta 1996, el consumo de pan fresco se incrementó de 55 a 58 kilos al año por habitante. Sin embargo, desde 2006 hasta la actualidad, la tendencia se ha invertido ya que se ha producido un descenso de siete kilos anuales por habitante.
