Separar los residuos generados en la vivienda o en cualquier otro lugar siempre es una acción loable, pero algo que mucha gente no sabe es que buena parte de ellos son, en realidad, imposibles de reciclar, por lo que el esfuerzo queda en nada.
Por lo tanto, lo que debemos hacer es reducir al máximo posible la adquisición de productos hechos con materiales no reciclables.
Para ayudar a los lectores a dar este gran paso, desde La Región traemos este artículo que aporta algo de luz sobre qué se puede reciclar y qué no.
Y, ya para matrícula de honor, ¿sabes cuánto recicla cada ourensano al año?
Lista de materiales no reciclables
Las mezclas no siempre son buenas. El problema, en muchos casos, viene originado porque los embalajes de algunos productos aúnan materiales que no se pueden separar de nuevo, por lo que reutilizarlos será imposible.
Y esto, ¿por qué ocurre? Porque muchas empresas colocan criterios estéticos como prioritarios, por encima de la capacidad de un producto para ser reciclado.
Limpiar los dientes, ensuciar el planeta
Entre los no reciclables, podemos citar los tubos de pasta dental con laminados plásticos. La explicación resulta muy sencilla: como cada tipo de plastico necesita pasar por un proceso diferente de los demás para ser reciclado, si en un mismo laminado se unen distintos tipos de plástico, no se pueden reciclar al no poder separarlos.
También podemos mencionar los encendedores desechables o los envoltorios plásticos de alimentos. En estos últimos, muchas veces el problema es que cuentan con una identificación insuficiente, y no se puede saber cuáles son y qué proceso de reciclado necesitan. En definitiva, falta información para poder acometer el reciclado.
Tampoco son reciclables las cintas adhesivas, los papeles de fax y de los tickets (porque son lo que se denomina papel térmico, con propiedades diferentes) y el papel higiénico o plastificado.
Después, hay productos de reciclado no imposible, pero sí muy complicado, al necesitar instalaciones muy específicas. Podemos citar aquí a los vidrios de las ventanas y los coches.
Como curiosidad, tampoco los post-it o las fotos pueden reciclarse; ni el vidrio de los espejos.
Cuidado con los tuppers, la pizza y los yogures
Hay casos de productos que causan confusión, por lo que muchas personas se equivocan a la hora de tirar la basura. Por ejemplo, ocurre con los tuppers de plástico, que la gente suele asociar al amarillo pero no se pueden reciclar, porque no son envases.
Otro ejemplo curioso es el de la caja de pizza. Por mucho que se limpie, no puede tirarse al contenedor azul, porque la grasa se mantiene en el embalaje. Y es que, de echarse al reciclaje, dificultaría el procesado del cartón limpio que han depositado en el contenedor azul el resto de personas.
Además, los envases con alimento, como el de un yogur, deben tirarse totalmente vacíos, por supuesto. Si tuvieran el más mínimo residuo alimenticio, deben ir directamente al vertedero, no al reciclaje.
Cómo reducir el uso de materiales no reciclables
Por lo tanto, en definitiva: debemos tomar más conciencia de lo que compramos y de los materiales de los que están hechos estos productos. Puede suponer un pequeño esfuerzo, sí, pero lo agradecerá con creces el ecosistema.
Por lo tanto, toma nota de los diferentes materiales conflictivos de esta lista para facilitar el trabajo de las plantas de reciclado, que ya se enfrentan de por sí a una tarea lo suficientemente compleja.
